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"La TV da pavor". |
A las claras, estos dos profesionales se muestran preocupados por el grado de interés que ocupa hoy en día el consumo de los medios de comunicación y, a la vez, la endeble importancia que se les da a temas que en otros contextos serían -sin duda- mucho más estrepitosos. Por un lado, Pablo Alabarces no le atribuye toda la culpa al mecanismo que emite el mensaje: “Algunos periodistas, hoy, hasta se visten igual que los jugadores y hablan de la misma manera. Si el periodista no se diferencia del hincha, nuestro rol tambalea. Además, todo se reduce a metáforas sexuales y se divide al mundo en machos o putos”. Indignado por esta circunstancia perturbadora, otorga lo que sería -a su criterio- la receta justa como para terminar con este tema controvertido: “Al periodismo le falta salir del hecho y encontrar contextos más amplios de explicación”.
En contraste, la crítica Licitra responsabiliza no sólo al público consumidor sino también a la cara visible de los medios de comunicación. “La gente que compra el ‘combo Bambi’ pertenece a la misma sociedad que le incendia la casa al violador del barrio y que aplaude su castración. Asimismo, contratar como imagen publicitaria a una persona que cumplió una condena por intento de violación a un menor, es un síntoma alarmante de descomposición social”, esbozó, dando a entender que -en primera instancia- los principales infractores son aquellos que permiten que tales barbaridades tengan espacio en los medios y sean difundidos a mansalva.
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