viernes, 26 de septiembre de 2014

"Tenemos armas para enfrentarlos"

Si bien Guillermo Barros Schelotto no confirmó nada para recibir a River, Lucas Melano se perfila para volver a conformar el tridente ofensivo junto con Lautaro Acosta y Silvio Romero. “Será una buena oportunidad para ver para qué estamos: si en el lote de los equipos que pelearán arriba o para quedarnos con lo que hicimos”, señaló el delantero.

Otra chance para el cordobés. Melano seguirá en la alineación inicial a pesar de su bajo nivel. 

A pesar de que no tuvo una buena actuación en el triunfo ante Quilmes, Lucas Melano tendrá una nueva oportunidad para demostrar que está a la altura. Al menos eso es lo que dio a entender Guillermo Barros Schelotto en los últimos ensayos previos al duelo trascendental del domingo contra River, el líder y el equipo sensación del Torneo de Transición. Luego de un arranque prometedor en lo que fue su primer semestre en Lanús, el delantero cordobés perdió su lugar a causa de las lesiones que lo tuvieron a maltraer y todavía está en la búsqueda de su nivel ideal. Y qué mejor motivación que lograrlo en un encuentro del cual estará pendiente todo el país futbolero.

-¿Qué te produce tener nuevamente la chance de ser titular y en un compromiso de esta magnitud?

-El equipo todavía no está definido, pero ojalá me toque. Estoy muy tranquilo. En cuanto a lo grupal, tenemos un plantel muy bueno y sabemos a qué jugamos. Confiamos mucho en nosotros y más allá de que River viene en un buen nivel desde hace rato, sabemos que tenemos armas para enfrentarlos y para dejar los tres puntos acá.

-¿Qué te pidió Guillermo antes del partido contra Quilmes? ¿Te conformó tu rendimiento?

-Sí… me dijo que estuviera tranquilo para encarar, desbordar y tirar centros. El primer tiempo no fue de lo mejor, pero en el complemento sí me sentí cómodo y con más confianza. Ahí creo que desequilibré algunas veces, pero no me quedo con eso: hay que seguir y mejorar. Todos los fines de semana hay revancha, sobre todo ahora que arranca la Copa Sudamericana y que habrá fechas entre semana.

-Que todo el mundo del fútbol esté pendiente del encuentro del domingo frente a River, ¿les provoca nervios o presión?

-No, genera algo muy lindo. Saber que vas a disputar un partido en el que estará en juego la punta del campeonato y que todo el país estará pendiente del resultado es algo que todo jugador quisiera jugar.

-¿Qué recaudos tendrían que tomar para no sufrir?

-Hacer lo que hicimos hasta ahora, y meterle un plus porque ellos tienen futbolistas que en cualquier momento desequilibran fácilmente. Habrá que presionar durante los 90 minutos y estar concentrados los once jugadores. Cuando tengamos la pelota, habrá que jugar y ser profundos.

-Y también estar atentos a las subidas de los laterales…

-Sí. En mi caso será Leonel Vangioni. El gol que hicieron anoche frente a Arsenal fue porque él remató desde afuera del área. Así que tendremos que estar metidos.

-¿Imaginás que van a sentir la ausencia de Leandro Somoza?

-Cuando le toca salir a alguno, tenemos la suerte de contar con un plantel bastante amplio y con buenos recambios. Cualquiera está capacitado para que no se note la falta de otro. Es una lástima que no esté Lea, pero estamos tranquilos y confiamos en el Marcia (por Ortiz).

-¿River es la medida para saber en qué lugar están parados?

-Sí, creo que será una buena oportunidad para ver para qué estamos: si en el lote de los equipos que pelearán arriba o para quedarnos con lo que hicimos. Es muy importante y seguramente haremos todo muy bien para quedarnos con los tres puntos.

-¿No les da bronca que ahora se hable tanto de River cuando ustedes vienen haciendo las cosas bien desde hace mucho tiempo?

-Me parece que es así porque no perdió nunca en el campeonato y porque genera eso en el periodismo y en la gente del entorno futbolístico. Pero veremos el domingo cómo se dan las cosas y si el lunes se habla de la misma manera…

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Cien paraguas para el carnaval

Con el partido del domingo frente a River en La Fortaleza, Víctor Ayala cumplirá su primer centenario de presencias con la camiseta de Lanús. “Vine con muchas ansias de lograr grandes cosas. Soy lo que soy gracias a esta institución”, reconoció el volante guaraní.

99 encuentros. Es la marca que acumula Ayala desde que llegó al Granate a mediados de 2012.

No se trata de una movida relacionada con el colorido que tendrá La Fortaleza para recibir el domingo a River, el único líder del Torneo de Transición. Pero sí tiene que ver con la cantidad de partidos que alcanzará Víctor Ayala con la camiseta de Lanús. ¿El tiempo pasa rápido, no? ¡Vaya que sí! Cuando el árbitro Federico Beligoy dé inicio a ese encuentro tan trascendental para las aspiraciones del Granate y del Millonario, el volante paraguayo habrá logrado el centenar de presencias en el club del Sur del Gran Buenos Aires.

“Primero pienso más que nada en hacer las cosas bien para sacar un resultado positivo y acortarles distancia. Después, se verá si festejo yo…”, priorizó el guaraní de 26 años, que arribó a esta parte del conurbano en el mercado de pases invernal de 2012 de la mano de Guillermo Barros Schelotto. Y recordó: “Fui su primera incorporación (por el Mellizo). Vine con muchas ansias de lograr grandes cosas. Si bien llegué con gente que conocía lo que podía dar, vine sin identidad”.

De los 99 encuentros que Ayala acumula en Lanús, 73 corresponden a competencias locales y 26 pertenecen a compromisos internacionales. A pesar de que él asegura que tiene 16 goles, en realidad suma 14. Y lo más importante, claro, cosechó un título: la Copa Sudamericana del año pasado. “Ahora soy lo que soy gracias a esta institución. Me debo a eso… Estoy muy contento por todo lo que conseguimos acá”, manifestó Víctor, quien todavía luce con orgullo las tres estrellas en su peinado tan particular.

martes, 23 de septiembre de 2014

American Idol

Guillermo Barros Schelotto reconoció en una nota con el sitio Jugador Franquicia que lo seduce la chance de dirigir en la Major League Soccer, en la que dejó un gran recuerdo. ¿Cuándo? “No lo veo como algo lejano ni próximo. Es una posibilidad más en el futuro cercano”, dijo el Mellizo.

Soy leyenda. Como lo manifiesta la imagen, el mellizo Guillermo es ídolo en Columbus Crew.

Conoce como pocos el funcionamiento y la estructura de una liga que, si bien para estas latitudes aún es un tanto desconocida, creció de manera significativa desde que se fundó en 1993. Guillermo Barros Schelotto no fue el primer futbolista argentino en participar de la excéntrica Major League Soccer norteamericana, pero sí dejó una huella imborrable en su paso por el Columbus Crew. A lo largo de las cuatro temporadas que disputó en el club de la Conferencia Este, desde 2007 hasta 2010, el Mellizo fue goleador, asistidor, campeón y MVP (Jugador Más Valioso de la MLS). Hizo historia de la grande.

Es tan grato el recuerdo que el actual entrenador del Granate tiene de su estadía en el norte del continente que no descarta la chance de regresar más adelante para continuar su carrera de DT. “La posibilidad de dirigir en la MLS me gusta mucho y espero que pueda trabajar algún día allí. No lo veo como algo lejano ni próximo. Cuando se den los tiempos míos y los de algún club, lo haré”, le manifestó GBS al sitio Jugador Franquicia. Y contó: “En su momento me llamaron de Columbus para saber cuál era mi situación en Lanús. Tenía contrato y no podía irme, obviamente. No me ofrecieron el cargo, sólo me consultaron los tiempos que tenía en la institución”.

No se sonroja Guille al admitir que es un fiel seguidor de lo que sucede cada fecha en la Major League Soccer. No sólo se preocupa por el andar de su querido The Crew sino que además acompaña el desempeño del resto de las escuadras de la competencia. “Sigo el crecimiento de la MLS, que está cada vez mejor. Incluso a ex compañeros que ahora están en otros equipos. Cada fin de semana veo los resultados y todo lo que tiene que ver”, reveló el platense de 41 años. Y confió: “No voy a especular con dirigir sobre el final de mi carrera como técnico sino que tomo a la liga como una posibilidad más en el futuro cercano”. Su vínculo con el Granate finaliza en diciembre de 2015.

Por sus amplios conocimientos del campeonato norteamericano, el Mellizo fue una fuente de consulta permanente para los players argentinos que en los últimos años emigraron a la MLS. “Hablé con varios. Diego Valeri estaba con nosotros en Lanús cuando se fue a Portland. Él tenía decidido partir porque era una oferta muy buena y le interesaba mucho. Le conté mi experiencia”, señaló. Y se explayó: “En su momento dialogué con Federico Higuaín cuando se iba para Columbus. Me reuní con él en Buenos Aires. No aceptaron por lo que les comenté yo, simplemente los apoyé en su decisión”.

lunes, 22 de septiembre de 2014

"Este equipo puede dar más"

Carlos Araujo piensa que Lanús todavía no llegó a su techo y que tiene más hilo en el carretel. El Granate viene de tres victorias consecutivas y el domingo recibirá a River. “Salir a jugarles de igual a igual”, propone el lateral derecho.

Pipi dice. "Es fundamental estar atentos y tratar de marcar en ataque", asegura el mendocino.

Atraviesa su mejor momento en el campeonato el equipo de Guillermo Barros Schelotto. Los tres triunfos seguidos que el Granate encadena -contra Racing, Banfield y Quilmes- dan cuenta de ello. Lo ratifican sin dejar margen para la duda. Y no es sólo una cuestión de buenos resultados sino que también hubo una elocuente mejora en el aspecto futbolístico. Por ejemplo, acumula 269 minutos sin recibir goles (el último fue el de Ricardo Centurión) y convirtió cinco tantos en las últimas tres presentaciones. Además tiene a uno de los goleadores del Torneo de Transición: Silvio Romero, con seis festejos.

Luego de un arranque de semestre precipitado, incluso con las dos finales internacionales perdidas y la temprana eliminación en la Copa Argentina, Lanús renovó sus ánimos y ahora está en la cresta de la ola. Al menos en comparación con lo que había exhibido hasta antes de visitar a La Academia. Sin embargo, Carlos Araujo sostiene que todavía tienen mucho más para mostrar. Y lo dice en la previa al trascendental compromiso del domingo ante River, que marcha puntero y parece imparable.

-Llevan tres victorias consecutivas y se viene River. Es una gran oportunidad para ratificar este gran momento…

-Estamos contentos y conformes con el rendimiento del último partido. Ojalá que el domingo estemos de la misma manera. Uno se imagina que habrá que jugar igual que en las últimas fechas. Al principio del semestre nos costó mucho, pero de a poco conseguimos el nivel que queremos. Ante Quilmes se jugó bien, aunque sabemos que este equipo puede dar más. No hay que preocuparse tanto por el rival.

-¿Coincidís con la opinión pública que dice que River es el que mejor juega y el adversario a vencer?

-Sí, demostró que está muy bien. Presiona los 90 minutos, corre y juega. Es un conjunto que funciona muy bien.

-La manera de contrarrestarlo es atacándolo, ¿no?

-Salir a jugarle de igual a igual. Así como ellos atacan y presionan, demostraron que a veces les llegan. Tenemos que aprovechar esos errores que cometen. También trataremos de no fallar, ya que juegan a asfixiar para que te equivoques.

-No van a contar con Somoza, suspendido, y en River no estará Kranevitter. ¿Tienen jugadores para reemplazarlos?

-Sí, ayer entró (Leonardo) Ponzio y no se notó. Nosotros también tenemos variantes en el mediocampo para suplantar a Leandro, quien es muy importante para el equipo y un líder. Seguramente el cuerpo técnico ya tiene en mente qué hacer.

-Los dos delanteros de River, Teo Gutiérrez y Rodrigo Mora, están de racha positiva. ¿Cómo van a hacer para pararlos?

-Con orden… Es fundamental estar bien atentos y tratar de marcar en ataque. Son futbolistas de un nivel extraordinario y no hay que darles ni un centímetro. Estar concentrados y seguirlos de cerca. Están dulces y meten las que les quedan.

-En el último tiempo, a Lanús le fue bien cuando recibió a River…

-Sí, ojalá no se corte la racha. Nos hacemos muy fuertes en nuestra cancha y nos respetan mucho. Sería ideal quedarnos con los tres puntos ante el puntero del campeonato.

-¿Dónde está la clave de esta levantada que tuvieron?

-Los resultados sirvieron para que creciera la confianza. Al principio perdimos un poco con los resultados negativos y después mejoramos mucho de la mano de los triunfos. Se nota un equipo mucho más confiado. También mejoramos demasiado en lo defensivo: nos llegan dos o tres veces y no nos convierten. Eso se invirtió y es muy positivo.

-¿Creés que la mejoría de la dupla central también fue fundamental?

-Para mí fue cuestionada injustamente porque la comparaban con dos jugadores de Selección como Paolo Goltz y Carlos Izquierdoz, quienes sobresalían mucho del resto. Se notaban errores normales de un cambio como el que se dio, ya que lleva tiempo conocerse. Ya se suplieron y no se cometieron más. La última línea consiguió la solidez que tanto buscamos.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Chinónimo de gol

Silvio Romero está amigado con la red: anotó cuatro tantos en los últimos tres partidos, lleva seis en el campeonato y es uno de los grandes responsables del momento de Lanús. “Se me está dando, pero lo importante es que ganamos”, señaló el 10 granate.

El ancho de espadas. El cordobés se convirtió en la carta más importante del mazo del Mellizo.

Es uno de los principales responsables de este presente de ensueño que atraviesa Lanús en el Torneo de Transición, en el que lidera momentáneamente junto con River. La levantada del equipo de Guillermo Barros Schelotto, que acumula tres victorias consecutivas, comenzó de la mano -o, mejor dicho, del botín derecho- de Silvio Romero. Primero, en la visita a Racing, en la que fue determinante para dar vuelta una historia que había comenzado muy adversa. Después, con el tanto del triunfo en el Clásico del Sur ante Banfield, nada menos. Y anoche, con una buena producción (gol de penal incluido) para vencer a Quilmes en otro compromiso especial.

En las últimas tres presentaciones del Granate, el Chino festejó cuatro veces (dos a través de los doce pasos). Así, alcanzó al colombiano Teófilo Gutiérrez en lo más alto del catálogo de los máximos artilleros del campeonato. Aunque lo que le importa, claro está, es la otra tabla. “Volví a convertir, pero estoy muy contento por la victoria que obtuvimos y porque hicimos un partido inteligente”, manifestó el cordobés de 26 años, rodeado de cámaras y de micrófonos. Y analizó: “Por momentos creo que se jugó bien. Por ahí nos costó un poco abrir el resultado, pero por suerte encontramos la ventaja y, a partir de ahí, manejamos el encuentro”.

Este momento sobresaliente que vive Romero no es una rachita pasajera. Los números que lleva desde que arribó en 2010 al Sur del Gran Buenos Aires dan cuenta de ello: marcó 37 tantos en 125 partidos. Es, por escándalo, el top scorer en la era Barros Schelotto, con 22 gritos. Su nombre es, sin dudas, Chinónimo de gol. “Se me está dando y eso me da confianza. Estoy agradecido por el apoyo que me brindan mis compañeros y el cuerpo técnico”, manifestó Silvio. Y reveló entre risas lo que le pidió Maxi Velázquez al oído antes de ejecutar la pena máxima: “Me dijo que no boludee. Literal, ja. El arquero me preguntó si la iba a picar… estaba muy hablado. Igual tenía la decisión tomada de no patearlo así”.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Con el viento a favor

Lanús tratará de prolongar esta racha positiva con una victoria en la visita de mañana a Quilmes. “Nos puede poner momentáneamente en la cima de la tabla, que es a lo que aspiramos”, asegura Diego González.

Está derecho. El equipo de Guillermo suma dos triunfos al hilo y se acerca a los puestos de arriba.

En un abrir y cerrar de ojos, Lanús pasó de lidiar contra la más cruel de las tormentas a navegar con el viento a favor en las más apacibles aguas del paraíso. Después de ese empate con sabor a derrota ante Olimpo en La Fortaleza, parecía que el equipo de Guillermo Barros Schelotto sólo aspiraría a realizar un papel decoroso en el Torneo de Transición. Sin embargo, con las dos victorias consecutivas contra Racing y frente a Banfield, la llama de la ilusión revivió. Y para Diego González será fundamental conseguir los tres puntos en la visita a Quilmes para ratificar este buen presente que atraviesa el Granate.

-Vienen de ganar el clásico y ahora se viene otro partido especial…

-Sí, es importante. Creo que el hincha más antiguo sabe que en su momento Quilmes fue el rival de toda la vida de Lanús. Así que sentimos eso también. Es un encuentro que nos puede poner momentáneamente en la cima de la tabla, que es a lo que aspiramos. Después esperaremos los resultados de los que pelean arriba, a ver cómo les va.

-¿Contra qué equipo imaginás que se encontrarán?

-Tienen algunas bajas, pero eso está más allá de todo porque hoy en día el fútbol argentino está muy competitivo y cualquiera que venga bien tiene posibilidades de perder frente al que está mal. Los que entran desde el banco tratarán de mostrarse para ganarse un lugar. Habrá que tener mucho cuidado.

-Guillermo avisó que quizá saque un volante para agregar un delantero. ¿A vos te cambia algo?

-No, en lo personal creo que no varía mucho. Por ahí al jugar con cuatro volantes me tengo que correr un poquito más a la derecha, pero no me modifica la función ni lo que me pide el cuerpo técnico. Ellos quieren que llegue al área rival, que me suelte y que juegue. Y que le dé una mano a Leandro (Somoza), claro.

-Durante la semana trabajaron a lo ancho del campo de juego, ¿tiene que ver con las dimensiones de la cancha de Quilmes?

-No… al menos no nos dijeron que fuera por eso. Trabajar en espacios reducidos es algo que hacemos habitualmente para estar en contacto con la pelota, jugar a uno o dos toques lo más rápido posible y tratar de encontrar los espacios donde mayor cantidad de jugadores haya. Nos acostumbramos de esa manera.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Emblema del Centenario

¿Lo tenías a Ramón Cabrero como protagonista de un corto que promociona los 100 años de Lanús? Cada vez falta menos para el 3 de enero de 2015 y el ex técnico campeón con el Granate del Apertura 2007 se sumó a la campaña que impulsa la Comisión del Centenario.

La invitación está hecha. Ramón congrega a todos los hinchas granates al Centenario de Lanús.

Se viene la fiesta más importante de la historia del Club Atlético Lanús. El sábado 3 de enero de 2015, el Granate cumplirá nada menos que 100 años de vida. Y es por eso que la Comisión del Centenario continúa sus preparativos para que la celebración sea completa y esté acorde con las expectativas de semejante acontecimiento festivo. Las horas se consumen con rapidez y la llegada de la fecha que los miles de hinchas ya marcaron en el calendario es inminente. Es la cuenta regresiva que nada ni nadie detendrá.

Son 108 los días que separan al Club de Barrio Más Grande del Mundo de su querido Centenario. La espera se hace larga y tediosa, lógico, pero no falta tanto como en realidad parece. Se aguarda por una súper mega fiesta en La Fortaleza que ningún granate olvidará jamás. Y aunque todavía queda mucho por hacer y detalles por ultimar, hubo alguien que ya se encargó de ‘repartir’ las invitaciones para la gran gala de Lanús.

Se trata de Ramón Cabrero, quien protagonizó un simpático cortometraje en el que se lo observa conduciendo una Milonguita por las calles de la Ciudad de Lanús“Vení a festejarlo con tu familia. No te pierdas la fiesta del centenario del club. En enero. 100 años de historia…”, repite por el altoparlante el entrenador del equipo campeón del Torneo Apertura 2007 mientras circula por los alrededores del estadio Néstor Díaz Pérez. ¿Le vas a fallar?

martes, 16 de septiembre de 2014

"Mejoré después de la operación"

Eso admitió Lautaro Acosta, quien para muchos fue el más sobresaliente de Lanús en el triunfo clásico sobre Banfield. “De a poco me siento mejor. En los semestres pasados me faltaba esta continuidad”, dijo el Laucha.

Otro viento mejor. El wing derecho dejó atrás las lesiones y atraviesa un presente inmejorable.

Para muchos de los que vieron el encuentro, sobre todo para los que lo vivieron en La Fortalezafue la gran figura en la victoria de Lanús sobre Banfield. Y no sólo por las dos habilitaciones que le dio a Silvio Romero, quien convirtió una y desperdició increíblemente la otra, sino también por lo desequilibrante que fue por todo el frente de ataque. Lautaro Acosta parece que recupera paulatinamente su nivel. El domingo, en una nueva edición del Clásico del Sur, tuvo la libertad para encarar y desbordar por ambas bandas. Volvió locos a los defensores del Taladro. Estuvo imparable, como en sus mejores tiempos.

“No sé si fue mi mejor partido, ya que creo que tuve otros en los que me sentí mejor, aunque por ahí no se reconoció tanto. Pero bueno, bienvenido sea que me destaquen justo en un clásico. Estuve bien, pero no sé si para figura”, sostuvo el Laucha con esa humildad tan característica de él. Y se explayó: “De a poco me siento mejor. Es verdad que en los semestres pasados me faltaba esta continuidad. Gracias a Dios, después de la operación (en el pubis) mejoré un montón”.

En esta segunda parte del año, lo más sobresaliente del delantero de 26 años se vio cuando Guillermo Barros Schelotto dejó de lado su habitual esquema 4-3-3 y apostó por un 4-4-2 más compacto. Ya sea acompañado del Chino Romero o de Santiago Silva, Acosta prevaleció más cuando se asoció sólo con otro punta. “Me siento cómodo de las dos maneras, ja. Me es indistinto y no tengo problema. Se dio justo, para mí de casualidad”, analizó Lautaro. Y agregó: “Mientras tenga los espacios y esté en contacto con la pelota…”.

Luego de un arranque de campeonato irregular, da la sensación de que el Granate enderezó el curso de la nave con una serie de resultados positivos. Tras empatar con Olimpo en condición de local, derrotó a Racing en Avellaneda y sumó de a tres ante Banfield. “Hay que aprovechar el envión anímico para seguir por la senda ganadora. Si no reflejamos frente a Quilmes el juego que tuvimos el domingo, no servirá de nada”, expresó. Y concluyó: “Enfrentaremos a un rival que propone. Más allá de quién juegue, tienen una identidad y saben qué hacer”.

lunes, 15 de septiembre de 2014

El héroe del barrio

Silvio Romero ratificó su gran presente con el gol de la victoria en el Clásico del Sur ante Banfield. “Fue especial porque sirvió para ganar. La cancha estaba muy linda y con mucha gente”, aseguró el Chino. Lleva cinco gritos en siete fechas. 

En acción. El Chino trata de recuperar la pelota ante Domingo. El cordobés estuvo muy activo.

Estampó su nombre en esa selecta nómina de ilustres que definieron un Clásico del Sur a favor de Lanús. Silvio Romero ahora es uno más de la lista que integran aquellos héroes que persisten en la memoria del hincha por haber convertido en una victoria del Granate frente a su acérrimo rival. Como Alejandro Simionato, Hernán Pagés, Ariel Ibagaza, Ariel Graziani, José Sand, Mariano Pavone y tantos otros que festejaron ante Banfield en el duelo más esperado del semestre, ése que divide barrios y que genera discusiones interminables.

“Fue un gol especial porque sirvió para el triunfo y porque, además, fue el primero mío en un clásico. La cancha estaba muy linda y había mucha gente, que alentó todo el partido”, señaló el Chino con una gran mueca de satisfacción. Y entre risas, también se refirió a esa posibilidad clarísima que dilapidó por encima del travesaño cuando su equipo ya ganaba 1 a 0: “La que erré después fue más fácil que la del gol, pero bueno… es para que no se acostumbren, ja”.

Desde que regresó a Lanús tras un paso sin éxito por el Stade Rennais de Francia, sumado a esa transferencia frustrada al Morelia de México por problemas físicos, Romero se convirtió en el arma principal de la ofensiva del conjunto de Guillermo Barros Schelotto. Sus números lo demuestran: lleva cinco gritos en siete fechas del Torneo de Transición y está a uno del máximo anotador, el colombiano Teófilo Gutiérrez. Salvo en la visita con derrota a Atlético de Rafaela, los goles del delantero de 26 años fueron decisivos para que el Granate se impusiera.

“Hice una pretemporada un poquito más corta que el resto de mis compañeros, pero por suerte con la confianza del cuerpo técnico, que me puso en todos los partidos, me solté de a poco. Estoy contento con este presente”, expresó el cordobés. Y concluyó con un análisis más que esperanzador: “Pienso que vamos a estar ahí, en la pelea del campeonato. Además de los tres puntos, ganar un clásico como local te da un envión anímico muy importante. Ahora se viene otro, ante Quilmes. Y hay que seguir así”.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Te vas, te vas, te vas...

El último Clásico del Sur se jugó en La Fortaleza y fue para Lanús, que venció 2-1 a Banfield con goles de Diego Braghieri y de Mariano Pavone. El Granate dominó a su antojo, pero se relajó y terminó ajustado por un Taladro que venía en caída libre.

Con la frente marchita. La última visita de Banfield a Lanús fue derrota. Y después descendió.

Fue la última vez que Lanús y Banfield se vieron las caras dentro del campo de juego, ya que a las pocas semanas el Taladro perdió la categoría y tardó dos temporadas en regresar a Primera División. Por lo tanto, el antecedente inmediato del Clásico del Sur es un grato recuerdo para el Granate. En aquella oportunidad, el equipo dirigido por Gabriel Schurrer dominó el juego de principio a fin, pero se impuso de manera ajustada y sufrió algún que otro sobresalto sobre el final del partido.

Un cuarto de hora tardó Lanús en adueñarse del derby jugado el domingo 13 de mayo de 2012 en una Fortaleza repleta. A los 13 minutos ya ganaba 2-0 gracias a un cabezazo de Diego Braghieri y una obra maestra de Mariano Pavone, quien sorprendió a Cristian Lucchetti con una vaselina desde la medialuna. Inexplicablemente, el local reguló a partir del segundo gol, sacó el pie del acelerador y empezó a circular la pelota de derecha a izquierda. Reposó en la conducción de Mauro Camoranesi y ya no fue tan vertical.

La única esperanza del conjunto de Eduardo Acevedo era la sociedad de Andrés Chávez y Facundo Ferreyra. Sin embargo, en el arranque del complemento la visita seguía sin inquietar la zona de Agustín Marchesín. El Granate sintió el desgaste y se paró decididamente de contra, en tanto que Banfield se adelantó unos metros con los ingresos de Juan Eluchans y de Jorge Achucarro. A doce minutos del final, el Chucky Ferreyra aprovechó una siesta de la defensa y le puso dramatismo a un encuentro que parecía liquidado. Aunque la fiesta ya había empezado y era demasiado tarde para frenarla.

Ese día Lanús formó con Agustín Marchesín; Carlos Araujo, Paolo Goltz, Diego Braghieri, Maximiliano Velázquez; Eduardo Ledesma, Matías Fritzler, Mauro Camoranesi; Diego Valeri, Mariano Pavone y Mario Regueiro. En el segundo tiempo entraron Carlos Izquierdoz, Silvio Romero y Diego González. El árbitro fue Néstor Pitana.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

SuperPelle

Una gran definición de Agustín Pelletieri le dio la victoria a Lanús en el Clásico del Sur jugado en el Clausura de 2007 en La Fortaleza. El equipo de Ramón Cabrero lo pasó por arriba a Banfield, que había empatado transitoriamente en la única jugada de peligro que tuvo en todo el partido.

A cobrar. El Pulpo ya dejó en el camino a Lucchetti y pone el 2-1 con un toque suave de derecha.

Una maniobra oportuna, en el momento más inoportuno, definió un nuevo Clásico del Sur disputado en La Fortaleza. Fue por la segunda fecha del Torneo Clausura de 2007, en una lluviosa tarde de viernes 16 de febrero. El traje de superhéroe, en aquella ocasión, se lo calzó Agustín Pelletieri, quien le dio la victoria a Lanús sobre Banfield con un golazo impropio de un volante central con sus características. El Pulpo desparramó a Cristian Lucchetti con un enganche exquisito de zurda y definición de derecha para desatar la locura de los miles de Granates que dijeron presente.

Fue un triunfo tan merecido como sufrido para el equipo dirigido por Ramón Cabrero. El desarrollo, en general, fue ampliamente favorable para el dueño de casa, sobre todo en el primer tiempo. Las proyecciones de Sebastián Leto por izquierda, el talento de Marcos Aguirre por la banda opuesta y la velocidad de Lautaro Acosta hicieron un desastre en la defensa del Taladro, que después de la temprana expulsión de Daniel Quinteros se vio completamente desbordado. La frutilla del postre fue la potencia de Cristian Fabbiani en el área contraria.

En uno de los tantos avances comandados por un flaco Leto imparable, Javier Sanguinetti se llevó puesto un centro atrás y convirtió en contra de su arco. A partir de la ventaja a favor, el Granate se agrandó y fue a rematar el partido, pero chocó ante la pared que levantó Lucchetti debajo de sus tres palos. Lo tuvo Santiago Hoyos de cabeza, pero salvó un defensor en la línea. El dominio era absoluto, sin embargo… en una jugada aislada, Darío Cvitanich igualó con un notable cabezazo en el arranque del complemento.

El conjunto de Patricio Hernández encontró un empate milagroso en la primera (y última) situación clara que generó. Lanús entró en un lógico estado de nerviosismo y definió mal todo lo que produjo en las inmediaciones del área adversaria. Hasta que el Ogro transformó un pelotazo largo en una asistencia para Pelletieri, quien definió como un crack para el 2-1 definitivo.

Esa tarde, Lanús fue Carlos Bossio; Rodolfo Graieb, Walter Ribonetto, Santiago Hoyos, Nelson Benítez; Marcos Aguirre, Agustín Pelletieri, Eduardo Ledesma, Sebastián Leto; Lautaro Acosta y Cristian Fabbiani. Luego entró Sebastián Salomón. El árbitro fue Pablo Lunati.

martes, 9 de septiembre de 2014

De palomita a la gloria

A cinco días de una nueva edición del Clásico del Sur, en Lanús todavía recuerdan la agónica pirueta de Ariel Graziani para una victoria muy festejada sobre Banfield. Fue por la 10ª fecha del Torneo Clausura 2004.

Justo a tiempo. Santiago Hoyos se arroja con todo para evitar un desborde de Rodrigo Palacio.

Todavía tiemblan los cimientos de La Fortaleza, no se detienen. Aún se escuchan los alaridos en los alrededores del estadio, agónicos y desaforados. Cada tanto se ve en el campo de juego la estela que dejó la corrida eterna de ese muchacho de tranco canchero y de melena suelta. Pasaron diez años y algunos meses, pero pareciera que sucedió hace un puñado de días. El domingo 18 de abril de 2004, Lanús se imponía por 1 a 0 sobre Banfield con una palomita de Ariel Graziani en el minuto 91, en lo que fue una de las últimas jugadas de un Clásico del Sur cerrado y jugado con pierna fuerte.

La victoria, agonizante en todo sentido, fue un desahogo enorme para el equipo que en ese entonces dirigía un muy cuestionado Carlos Ramacciotti. El Granate venía de perder como local ante Racing y merodeaba los últimos puestos de la tabla, de manera tal que necesitaba los tres puntos como el aire. Y qué mejor oportunidad que obtenerlos en el derby contra el Taladro, que trataba de reacomodarse al ritmo de la Primera División. Fue por la 10ª fecha del Torneo Clausura, en un estadio colorido y que albergó más de 20.000 simpatizantes de Lanús.

Con Rodrigo Díaz como conductor intermitente, el local tuvo la pelota y la iniciativa, en tanto que Banfield se apretó para resistir y dejó solo a Rodrigo Palacio para lastimar de contra. Los dos contaron con chances para ponerse en ventaja, pero cierres salvadores y malas definiciones se los impidieron. Luego de la expulsión de Daniel Bilos en el amanecer del complemento, el visitante se retrasó todavía más. Y el Granate fue con todo hacia el arco de Enzo Noce. A pesar de la tarjeta roja a Gabriel Ramón a poco del cierre, Lanús no se desesperó y halló su premio en el último suspiro: Sebastián Salomón corrió un balón que parecía perdido y sacó un centro desde la derecha que encontró la pirueta de Graziani. Delirio en el Sur.

Ese día, Lanús formó con Claudio Flores; Rodolfo Graieb, Leandro Gioda, Santiago Hoyos, Gabriel Ramón; Sebastián Salomón, Ezequiel Carboni, Martín Andrizzi; Rodrigo Díaz; Rodrigo Mannara y Ariel Graziani. En el segundo tiempo ingresaron Gabriel Iribarren y Agustín Pelletieri. El árbitro fue Gustavo Bassi.

lunes, 8 de septiembre de 2014

De Selección

Agustín Marchesín fue fundamental para el triunfo de Lanús en la cancha de Racing: tuvo intervenciones decisivas y manejó los tiempos del partido. “Lo que más rescato es la actitud y que tuvimos mucha personalidad”, comprendió el arquero.

Qué presente. El arquero de 26 años es el jugador más regular del Granate de los últimos años. 

El atrevimiento de Silvio Romero y el bombazo de Diego González fueron clave para la victoria de Lanús en la visita a Racing. Pero mucho más sobresalientes fueron las intervenciones de Agustín Marchesín para impedir el empate de La Academia cuando se venía con todo. Primero voló hacia su palo izquierdo para desviar al tiro de esquina un cabezazo a quemarropa de Ricardo Centurión. Arañó la pelota y la sacó del ángulo. Y después despejó una media vuelta potente de Gustavo Bou que tenía destino de red.

“No arrancamos bien porque nos convirtieron al minuto, pero creo que tuvimos el valor de no bajar los brazos y de ir a buscar el triunfo. Lo que más rescato es la actitud. Tuvimos mucha personalidad”, manifestó el arquero, una de las grandes figuras de la tarde-noche de Avellaneda. Y señaló: “Necesitábamos los tres puntos al igual que ellos. Somos dos clubes que la pelean, humildes y en crecimiento”. Más allá de su nivel superlativo, Marche es fundamental para manejar los tiempos cuando su equipo está arriba en el resultado y sufre el empuje contrario.

Uno de los temas recurrentes en los pasillos del Cilindro luego del encuentro fue el desempeño de Andrés Merlos, a quien el entorno de Racing puso en el ojo de la tormenta tras la caída. “Era difícil dirigir, pero tuvo la personalidad para cobrar el penal. Centurión se tiró como cuatro veces, y es complicado saber cuando en una jugada se tira y es penal. Si en cinco jugadas se tira en seis…”, analizó molestó. Y se explayó: “El primer tiempo fue de muchas protestas y en una cancha como ésta la gente lo vive de otra manera. Lo que cobró fue excelente. Estuvo a la altura”.

Luego de un arranque de semestre negativo debido a las frustraciones en la Recopa Sudamericana y la Suruga Bank, el Granate trata de enderezar el rumbo en el Torneo de Transición. Todavía lejos de la versión ideal, pero en la búsqueda de recuperar la memoria. “Por ahí se ve todo negativo porque perdimos las dos finales. Nosotros más que nadie sufrimos la pérdida de esos títulos, pero tratamos siempre de dejar a Lanús en lo más alto. Estamos en un momento que los hinchas tienen que disfrutar”, entendió Marchesín. Y se refirió al Clásico del Sur que se viene frente a Banfield: “Tenemos la obligación de salir a ganar porque somos locales. Es un partido aparte y ojalá lo ganemos”.

sábado, 6 de septiembre de 2014

La espera no lo agotó

Cuatro años después de que el Checho Batista lo mencionara como uno de los posibles candidatos para jugar el Mundial de Brasil, parece que a Marcos Pinto le llegó la posibilidad de debutar en Primera. Mañana, frente a Racing, el juvenil reemplazaría a Maxi Velázquez en el lateral izquierdo.

El sueño del pibe. El juvenil tendrá su bautismo en la máxima categoría jugando en el Cilindro.

Tenía apenas 16 años cuando el mundo futbolero argentino comenzó a preguntar por él. Cuántos habrán googleado su nombre cuando Sergio Batista, en ese entonces entrenador de la Selección Argentina, lo mencionó como uno de los laterales izquierdos a pulir para el Mundial de Brasil 2014. A Marcos Ariel Pinto la fama deportiva le llegó demasiado pronto, con edad de Séptima División. Y eso le pasó factura, porque era una de las grandes promesas de las Inferiores de Lanús. Pero se quedó. No definitivamente, claro, ya que cuatro años después de las estruendosas declaraciones del Checho, el formoseño tendrá finalmente la chance de debutar en Primera.

Desde que arribó al Sur del Gran Buenos Aires en 2008 a través de una prueba realizada en una escuelita de fútbol de Rosario, Pinto se destacó por la presencia para marcar en su banda y la potencia para pasar al ataque con criterio. Siempre demostró mucha personalidad para llevar la cinta de capitán en cada categoría que jugó. Además fue un habitual convocado a las Juveniles de la Albiceleste, sobre todo en la Sub 15 y la Sub 17. Y ahora, con 20 años y un presente destacado en Reserva, todo hace indicar que Guillermo Barros Schelotto confiará en él para reemplazar a Maxi Velázquez frente a Racing. Más vale tarde que nunca.

“Todavía no sé nada, no me dijeron nada, pero ojalá que sí. Es lo que espero”, le manifestó entre risas La Cobra, como lo apodan al defensor zurdo en Lanús, a Diario del Grana. Y agregó: “Tengo mucha ansiedad. Hace siete años que estoy en el club y estoy contento por esta oportunidad. Me sorprendió un poco”. En septiembre de 2010, un Pinto muy jovencito le contaba a Fortaleza Granate que su referente en el puesto es el francés Patrice Evra y que la mejor liga del mundo es la de España. Sostenía, también, que su gran sueño es ganar un Mundial con la Selección Argentina y que su objetivo es llegar a desempeñarse en la Primera de Lanús. La espera, larga y llena de incertidumbre, no lo agotó. Y parece que tendrá su recompensa.

EL DATO

“Las palabras de Batista fueron muy fuertes para mí porque no me esperaba tantos elogios. Esas declaraciones te pegan un poco, pero trato de mantener la tranquilidad. Es muy fácil decirlo, pero es difícil hacerlo”, decía en noviembre de 2010 Marcos Pinto, en una nota exclusiva con este sitio. Durante el campeonato pasado de Reserva, La Cobra jugó varios partidos como lateral izquierdo mientras que la dupla de zagueros era Matías Martínez-Facundo Monteseirín, tal como sería mañana.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Bienvenida sea la autocrítica

Lautaro Acosta continuó la línea de reconocimiento público de Guillermo y admitió el mal momento del equipo. “Es un arranque duro e inesperado. Nos armamos para pelear todo, pero las cosas no nos salen como queremos”, señaló el Laucha.

Arriba también. El equipo no sólo sufre las fallas defensivas sino también la falta de definición.

El primer paso para resolver un problema es admitir su existencia, reconocer sin pudor que éste está acá, de cuerpo entero. Y en eso anda este Lanús de Guillermo Barros Schelotto, que de tanto malacostumbrar a su paladar con las mieles de la victoria, hoy no tolera la comida al paso. El equipo del Mellizo no juega bien y ya no es lo que lo llevó a alcanzar la Copa Sudamericana. Ahora gana y pierde. Se repone y empata. Y así sucesivamente. Pero lo peor no es la mala racha futbolística sino la negación de los hechos. En otras palabras, creer (y sobre todo declarar) que se transita el camino correcto.

Hasta el último empate contra Olimpo en La Fortalezael discurso del plantel carecía de autocrítica. O no tenía la suficiente. Pero esa imagen deslucida que se dejó ante el conjunto bahiense caló hondo en el ánimo del Granate. Y se empezaron a aceptar públicamente las falencias… “Es un arranque de semestre duro, inesperado. Nos armamos para pelear todo, pero lamentablemente las cosas no nos salen como queremos. Hay que corregir los errores para salir de este mal momento”, aclaró Lautaro Acosta. Y agregó: “Estamos tranquilos más allá del malestar normal. Sabemos que lo que nos pasa no es lo ideal”.

El primero en adoptar esta postura espontánea fue el propio Guillermo. “Jugamos mal y asumimos la responsabilidad. No busquemos otras cosas, es futbolístico”, confió esta semana el DT. Y el Laucha, uno de los máximos referentes del plantel de Lanús, se manifestó en la misma línea: “Se está fallando en la definición, ya que los delanteros no concretamos las situaciones que generamos, aunque también nos llegan poco y nos convierten. No es culpa de nadie en particular ni de ninguna línea específica sino del equipo entero. Hay que ajustar cosas”.

La piedra angular ya está colocada. Ahora hay que volver a levantar la estructura. El paso inicial, admitir los errores, se dio con creces. “Buscamos más juego y posesión, pero con continuidad durante todo el partido y no presionar un rato. Son las claves para mejorar, como los pocos goles de los delanteros”, aseguró Acosta. Y concluyó: “Esto es largo. Ojalá resurjamos, ya tenemos experiencia”. Llegó el momento de dar el próximo. ¿Será el domingo ante Racing?

miércoles, 3 de septiembre de 2014

"Desesperado por volver"

Así está Jorge Ortiz, quien se perdió los últimos tres partidos de Lanús por una contractura en el isquiotibial izquierdo. El Marciano está listo para pegar la vuelta y jugar el domingo frente a Racing, en el Cilindro de Avellaneda. “Ya estoy a disposición del entrenador”, avisó el volante.

Indispensable. El mediocampista es la pieza que le falta al Mellizo para que su equipo ensamble.

La última imagen que se viene a la cabeza de Jorge Ortiz con la camiseta de Lanús es la de su lamento luego de estrellar un derechazo en el travesaño en la visita a Atlético de Rafaela. Después de ese partido, el Marciano quedó al margen de la consideración del cuerpo técnico por una contractura que lo aquejó en el isquiotibial izquierdo. Se perdió tres fechas en fila: la victoria ante Estudiantes en La Fortaleza, la caída frente a Vélez en Liniers y el empate con sabor a nada con Olimpo como local. Lo reemplazó Víctor Ayala, de nivel irregular. Ahora, el mediocampista de 30 años está listo para regresar a la alineación ideal del Mellizo para visitar a Racing. ¿Volverá?

-¿Cómo estás de la lesión que te dejó afuera de los últimos tres encuentros?

-Bien. Estaba desesperado por volver a jugar. Se me hizo muy largo todo, pero por suerte no fue nada grave sino que se estiró el músculo, según lo que me dijo el médico. Hoy hice fútbol normal y la pierna la sentí bien, así que probaré de nuevo mañana. Ya estoy a disposición del entrenador.

-O sea que estás para jugar de entrada ante Racing…

-Sí, sí. Me sentí bien, participé del fútbol con los chicos que no jugaron el domingo. Estuve cómodo y pude picar, que era lo que me hacía sentir mal. Estoy para ayudar al equipo en un momento que por ahí no es bueno, pero estamos tranquilos porque sabemos que hay un gran plantel y que con sacrificio vamos a mejorar.

-Cuando uno está afuera y ve que las cosas no salen, anhela estar todavía más para dar una mano, ¿no?

-Y sí. El primer tiempo del otro día fue bueno. Encontramos el gol rápido y manejamos la pelota, Olimpo no nos había llegado. Tuvimos la mala suerte de que nos atacan una vez y nos convierten. Lo bueno es que van cinco fechas y hay que seguir. Tampoco es la muerte de nadie. El domingo hay que conseguir un resultado positivo para llegar bien al clásico.

-Es un arranque de semestre que no esperaban, tanto por el rendimiento como por los resultados.

-Sí. Éste era el semestre más importante de la historia de Lanús porque empezamos con dos finales, pero las perdimos. Por ahí nos pegó un poco el bajón por eso. Nos damos cuenta que no estamos bien.

-¿Creés que es un problema colectivo o individual?

-El asunto es colectivo. Si el equipo funciona, lo individual viene solo. Somos concientes que hay que mejorar en la tenencia de la pelota, en tratar de ser más profundos y convertir lo que generamos. No es culpa de nadie.

-¿Qué partido imaginás contra Racing?

-Es un rival que va a querer ganar porque viene dolido por el clásico que perdió. Es un equipo grande que deseará los tres puntos para seguir arriba en la tabla. Y nosotros también. Ojalá sea abierto. No nos queda otra que ganar. De esto se sale con un buen triunfo.

martes, 2 de septiembre de 2014

Hasta la vista, baby

El sistema 4-3-3 que tantos resultados le dio al Lanús de Guillermo ya no es lo que era. Le encontraron la vuelta y no lastima como lo hacía antes. Llegó el momento de cambiar, de darle aire fresco al equipo. Todavía se está a tiempo.

No va más. El equipo de los mellizos Barros Schelotto pide a gritos un cambio de esquema.

Pareciera que agoniza lenta y dolorosamente, que está groggy y al borde del nocaut, aunque hay momentos en los que esquiva los golpes y recupera la confianza. Se va al rincón y trata de tomar alguna mínima bocanada de aire para evitar el sofocón, pero no hay caso. La luz al final del túnel encandila como nunca antes y todo hace indicar que el epílogo -previsible- está cerca. Demasiado cerca. Aunque duela admitirlo, el esquema 4-3-3 que ideó Guillermo Barros Schelotto y que llevó a Lanús a la conquista de Sudamérica ya no es lo que era. Está debilitado, casi vencido. Y los rivales le encontraron la vuelta. Ya no lastima. O en todo caso, lo hace cada vez menos.

Cuando el Mellizo arribó al Sur del Gran Buenos Aires para dar sus primeros pasos como entrenador, propuso un 4-4-2 tradicional para debutar en el Torneo Inicial 2012 frente a Colón, en Santa Fe. Fue derrota por la mínima, al igual que en la fecha siguiente ante Newell’s, en La Fortaleza. Era un equipo apagado, sin sorpresa y con poco juego. Recién en la tercera jornada, en la visita a Vélez, el DT armó algo similar a un 4-3-3, con Mario Regueiro y Silvio Romero bien abiertos arriba más Gonzalo Castillejos como punta de lanza. Fue victoria, histórica, 2-0. A partir de ese momento, Guillermo le tomó cariño al sistema, quedó endulzado y lo adoptó para siempre.

Es cierto que habrán cambiado en alguna oportunidad de acuerdo con el resultado, pero el 4-3-3 se convirtió en la marca registrada de los hermanos Barros Schelotto. Lo trabajaron, lo aceitaron y rápidamente metieron al Granate en los primeros planos del ámbito local. En la Copa Sudamericana que Lanús ganó en diciembre, sólo en un encuentro no utilizó el 4-3-3: fue en Santiago de Chile, ante La U, contra la cual salió con un volante más para cuidar el 4-0 de la ida. El continente quedó asombrado con el estilo y el volumen de juego. Todos marcaban, todos atacaban. Era un relojito envidiable. Pero no hay nada, bueno o malo, que sea eterno…

A Lanús le encontraron la vuelta, pero también Lanús ya no es el mismo. Se fueron piezas importantes del andamiaje del Mellizo como -por ejemplo- la dupla de zagueros, Paolo Goltz y Carlos Izquierdoz. Como nunca quedó a la vista que ambos no sólo eran el sostén de la estructura sino que además eran de un nivel superlativo, ya que corregían sus errores y los de los demás. Hoy, de ese 4-3-3 de colección, sólo queda la disposición de los jugadores en la pizarra. Las líneas ya no están juntas, los volantes tienen menos injerencia en la creación de juego y se depende exclusivamente de lo que hagan Lautaro Acosta y Silvio Romero. O también, de la pelota parada a cargo del botín derecho de Víctor Ayala. El manual se humedeció y las letras se borronearon.

Para colmo, al Granate tampoco lo acompañó la suerte. Quizá si hubiese gozado de un guiño del destino en alguno de los partidos que perdió, le habría resultado más fácil acomodar la estantería. Pero ni siquiera eso. El 4-3-3 es historia. De la gloriosa, por supuesto. Pero, también, de la que no hay que prolongar. Hasta la vista, baby.

Llegó el momento de cambiar, está claro. Trocar el esquema para cortar la racha. Hay materia prima para modificarlo sin dejar de lado el estilo ambicioso, ofensivo y de pelota a ras del piso que pregonó siempre Guillermo. Una opción sería armar el equipo a partir del doble cinco Leandro Somoza-Jorge Ortiz. El Marciano resulta indispensable para un mediocampo que no tiene un pasador claro, salvo el juvenil Jorge Valdez Chamorro, habitual espectador en el banco de los suplentes. Después, dos volantes externos. Probar con Iván Bella por izquierda, en su posición habitual. Recurrir a Diego González/Ayala para la otra banda. ¿Y por qué no experimentar con Lautaro Acosta como un falso ‘8’? Como hizo Luis Zubeldía con el Toto Salvio. ¿Arriba? Romero y alguien más. ¿Qué te parece?

No todo está perdido, a pesar del mal arranque en el semestre. Todavía hay tiempo de dar un giro de timón y de torcer un rumbo que conduce -por ahora- a un mar de incertidumbre. Pero hay que apurarse y estar preparados, no sea cosa que el próximo golpe sea el de gracia. Hay que evitar la cuenta atrás.

lunes, 1 de septiembre de 2014

"Ahora la vamos a buscar adentro"

Carlos Araujo exteriorizó su preocupación por el nivel que mostró Lanús en la igualdad ante Olimpo y marcó las diferencias con el equipo de los semestres anteriores. “No se nos puede escapar así. Tenemos que mentalizarnos en volver cuanto antes a lo que jugábamos”, aseguró el Pipi.

Qué momento. El equipo de Guillermo jugó mal y no le pudo ganar a Olimpo en La Fortaleza.

Su semblante alicaído lo decía todo, a pesar de que todavía no había abierto la boca para manifestarse. Cuando Carlos Araujo salió del vestuario y encaró hacia el vallado para analizar la pobre imagen que dejó Lanús en el empate contra Olimpo en La Fortalezaen su rostro había una preocupación alarmante. Y no es para menos, ya que el equipo de Guillermo Barros Schelotto volvió a jugar mal, muy lejos de esa versión de ensueño que lo llevó a pelear los dos frentes y a la conquista de Sudamérica. En esta oportunidad empezó arriba en el resultado gracias a un gol en contra, pero ni así dio muestras de recuperación.

¿El motivo del bajón? Ni Pipi lo sabe. “No sé a qué se debe, si es por el cansancio o el desgaste, pero en el segundo tiempo nos quedamos mucho. Estamos con bronca porque no se nos puede escapar así, y casi lo perdemos al final. No nos tiene que pasar esto”, manifestó el lateral derecho, visiblemente desanimado. Y prosiguió: “No sé bien qué pasa. Si lo supiera, atacaríamos ahí. Tenemos que mentalizarnos en volver cuantos antes a lo que jugábamos. Ojalá contra Racing nos reencontremos con el nivel que nos llevó a ganar cosas”.

De los cinco goles a favor que el Granate tiene en el Torneo de Transición, dos fueron en contra: al que anotó hoy involuntariamente Miguel Borja se le suma el de Leonardo Jara en el triunfo ante Estudiantes. Pero el problema no sólo está en la parte ofensiva, está claro. “En lo defensivo mejoramos, pero pagamos caro otra distracción. Antes no nos pasaba porque nos llegaban tres o cuatro veces y no nos convertían. Ahora cuando fallamos la vamos a buscar adentro”, expresó Araujo. Y añadió: “Exceso de confianza no tenemos, al contrario. Se fueron los dos marcadores centrales con los que estábamos acostumbrados a jugar y conocerse lleva tiempo”.

Siete puntos sobre 15 posibles parece muy poco para un equipo que se preparó para pelear tanto en el plano local como internacional. Sin embargo, Lanús tiene lo que se merece, ya que la posición que ocupa en la mitad de la tabla es el resultado de una producción futbolística deslucida, que inquieta como hacía demasiado no sucedía. “Faltan muchas de las cosas que teníamos antes. En el complemento nos quedamos, no llegamos al arco y eso nos preocupa. Creo que es por el cansancio físico, ya que tenemos jugadores que no pierden fácilmente la confianza”, justificó el defensor de 32 años. Y concluyó: “Estamos en un bache y hay que salir con actitud. Tenemos que convencernos de que hay plantel para lograrlo”.