domingo, 29 de septiembre de 2013

Ese defensor que inventó un golazo

Pura clase. Alvarado merecía esta celebración después de ponerla contra un palo en el 2-0.

Cuando un equipo tiene su libreto claro y lo desarrolla al pie de la letra, como se ensaya durante la semana, cualquiera de sus intérpretes es capaz de convertirse en el protagonista principal de la escena. Pablo Alvarado sabe de qué se trata esta situación:por el estilo de juego que pregona Juan Antonio Pizzi, hasta los defensores se animan a realizar maniobras impensadas, de otros partidos.

Si un jugador tiene la confianza por las nubes, puede hacer lo que pretenda. Por ejemplo, tomar la pelota en tres cuartos de cancha, enganchar con la derecha para sacarse de encima a un rival y definir con la zurda, con el efecto hacia adentro, para poner el balón lo más alejado posible de la estirada del arquero. Eso hizo Alvarado, más acostumbrado al roce que a las definiciones de lujo y los flashes de las cámaras.

No soy de convertir. Para nada. Esta vez se me dio en una jugada en la que fui al ataque. Definí bien, la puse contra el palo. No me iba a salir otra cosa, ja”, expresó, más feliz que nunca, el marcador central de 27 años. Y dejó un concepto que clarifica todavía más la intención de juego de Pizzi: “No me pide que llegue al área rival, pero él da la libertad para que cualquiera se sume al ataque y haga un gol”.

Lo que dijo Alvarado es tan cierto como revelador. Antes de plasmar esa obra maestra de la definición, el portador de la camiseta 25 ya se había mandado al ataque en cuatro o cinco ocasiones. Ya había roto líneas al estilo de los defensores del Barcelona o del Bayern Munich. Desde atrás, Alvarado empuja como si fuera un lateral más. Siempre que éste va hacia adelante, su rueda de auxilio es Juan Ignacio Mercier. Así de mecanizado está San Lorenzo. El estilo que promueve le sube la moral a cualquiera de sus jugadores. Incluso a los menos dotados técnicamente.

martes, 24 de septiembre de 2013

Ideal, por un Maxi golazo

Pura clase. Maxi Rodríguez está entre los 15 más elegidos del Torneo Fantástico de Gran DT.

Está en un nivel altísimo, superlativo, que lo lleva a ser el jugador de mejor actualidad en el fútbol argentino. Se trata de Maximiliano Rodríguez, cuyo presente deportivo es prácticamente inmejorable. Gracias a su eximia producción en la visita a Racing en Avellaneda, el volante de Newell’s se erigió como el Jugador Ideal de este fin de semana del Torneo Fantástico.

Arrancó sobre los metros finales del costado derecho del área rival y comenzó a eludir contrarios con una simpleza asombrosa. A pura velocidad y con una técnica notable, Maxi se sacó de encima hasta a su propia sombra y definió de zurda contra el palo de Sebastián Saja. Golazo. De antología. Una genialidad memorable.

Sus 21 puntos son inobjetables: Clarín lo calificó con 9 unidades, por lo que fue -además- la Figura de la cancha (4 puntos más). Su obra maestra plasmada en gol le otorgó otras 6 unidades (con un plus de 2 porque lo convirtió en condición de visitante).

De esta manera, Rodríguez hizo feliz a los 149.923 entrenadores virtuales que lo tienen en su alineación de Gran DT. Además, hubo 18.039 visionarios que dieron el batacazo al optar por él para afrontar esta jornada del Torneo Inicial. El volante de 32 años es Top 15 de los más elegidos del juego.

Además, de La Fiera, José Luis Fernández y Lucas Pratto completaron el podio de los más sobresalientes. El lateral-volante de Godoy Cruz cosechó 17 puntos, mientras que el goleador de Vélez, 16.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Por su ineficacia, Lanús sólo atrapó un punto

Nada. Ni Quilmes ni Lanús se encontraron con el gol. Al local, el punto le sentó mucho mejor. 

Es uno de los males que aqueja y desorienta a la mayoría de los equipos argentinos que la afrontan, sobre todo durante estos últimos años de agendas cada vez más cargadas. Algunos se preparan para encararla de la mejor manera y otros salen a ver qué pasa. Pero no hay caso: la doble competencia se ha vuelto un dolor de cabeza para los clubes. El problema principal es el desgaste que produce en los jugadores, lo que genera una baja en el rendimiento o, en el peor de los casos, lesiones musculares que los dejan en el camino. Encima, si enfrente se para un rival que viene descansado y que trata de suplantar su falta de brillo con mucho ímpetu, todo se vuelve aún más complicado de sobrellevar.

Eso sucedió ayer entre Quilmes y Lanús, que llegaba en alza por la goleada a la Universidad de Chile en la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana. Sin embargo, el conjunto de Guillermo Barros Schelotto se encontró con un equipo necesitado y que se caracteriza por interrumpir los circuitos de juego ajenos.

El arranque de Lanús fue prometedor, electrizante y con mucho vértigo. En cada desborde de Víctor Ayala -habitual volante devenido a lateral por la ausencia de Carlos Araujo- se olfateaba el peligro de gol. Con centros y tiros de media distancia, los del mellizo se adelantaron en el campo y se adueñaron de la pelota.Si no hubiera sido por la ineficacia de Jorge Pereyra Díaz, Lanús habría marcado la diferencia. El delantero, generalmente pieza de recambio, fue el más inquieto, pero pecó de egoísta en tres avances seguidos que definió ancho o alto cuando tenía más de una opción para descargar. Así, el momento de Lanús se consumió.

Esa merma tuvo mucho que ver con una notoria levantada de Quilmes, que reaccionó gracias al esfuerzo y al empuje de Rodrigo Braña en la mitad de la cancha. Si no fuera por el enorme despliegue del volante central, sería muy difícil para Nelson Vivas mantener el equilibrio en un equipo con pretensiones ofensivas. Mientras busca una identidad de juego propia, Quilmes maquilla sus falencias con sacrificio. Así incomodó a Lanús. Con Joaquín Boghossian en otra sintonía, el peligró llegó en los pies de Leandro Benítez y sus pelotas paradas.

Los ingresos de Arnaldo González y de Matías Morales fueron vitales para que el equipo de Vivas se revitalizara. González fue el socio ideal para un Miguel Caneo estático, mientras que Morales ocupó toda la banda derecha con su ida y vuelta. Así, Quilmes empezó a jugar y a llegar.

Aunque ya había aparecido en el primer tiempo para cortar y distribuir, Leandro Somoza fue clave en el peor momento de Lanús. El volante se adueñó de su sector y lució su jerarquía para interrumpir cada intento rival. La contracara fue Santiago Silva, quien estuvo más preocupado por bajar a pivotear que por generar peligro. Para colmo, el árbitro Darío Herrera no sancionó un claro penal de Martínez sobre Acosta.

Cuando se le acabaron las ideas, Quilmes trató de inquietar con pelotazos cruzados. Lo único que logró fue que sobresaliera Agustín Marchesín, quien mantuvo el cero y la tranquilidad en su arco.

Así, Lanús desperdició una ocasión ideal para prenderse detrás de Newell’s. Dio la sensación de que jugó con la cabeza puesta en la Sudamericana y en la doble competencia. Y lo pagó caro, ya que el punto que obtuvo no es de partida, sino punto y aparte. A Quilmes, por su lado, sumar siempre le viene bien. Aunque sea de a uno.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Después de las amenazas, un poco de calma

Tensión. La pintada, realizada por hinchas de Central, apunta al plantel de Miguel Angel Russo.

No son días tranquilos los que atraviesa Rosario Central. El clima que lo acompaña desde hace algunos días está denso, demasiado enrarecido. Y el flojo presente del equipo de Miguel Angel Russo en el Torneo Inicial tiene mucho que ver. Demasiado.

Primero fueron las pintadas amenazantes que aparecieron el martes en las inmediaciones del estadio. El mensaje, contundente, fue para el plantel: “Mercenarios, Central vale más que sus vidas. Ganen el clásico o mueren”. El graffiti fue escrito en alusión al partido de la 12ª fecha frente a Newell’s, pactado para el 20 de octubre. Para el tesorero del club, Eduardo Macías, el anuncio tuvo un tinte político y se lo atribuyó a “opositores”.

Pero eso no fue lo único que trajo malestar en la vida institucional de Central. El jueves, en horas de la noche, hubo un ataque con armas de fuego al portón que da al estacionamiento del Gigante de Arroyito, que incrementó aún más la tensión. La irrupción habría sido realizada por dos hombres que -a cara cubierta- pasaron en moto y dispararon. También se encontraron impactos de bala en una garita de seguridad.

Sobre estos hechos se manifestaron en un comunicado las agrupaciones Central Gigante, MARCCA, Refundar Central, Socios Independientes y La 1889. La intención fue expresar su repudio y desligarse de las acciones: “Consideramos que fueron cometidos por cobardes que se escudan en el anonimato”. Además, pidieron “evitar una escalada de violencia de consecuencias imprevisibles”.

Fue por esto que se reforzó la seguridad para el compromiso de ayer ante Arsenal. Hubo 400 efectivos policiales afectados al partido y una barrera de contención en la calle Avellaneda para impedir el contacto con el micro que trasladó al equipo. De todos modos, no hubo disturbios durante el encuentro: el gol agónico de Sebastián Abreu calmó los ánimos y la desconcentración se desarrolló con normalidad.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Dio ventajas y se llevó la fecha a puro sacrificio

Feliz. Báez, con su hijo Rodrigo. Todavía no sabe qué hará con el premio de $15.000 de Gran DT.

Sucede en el fútbol y en cualquier otro deporte: no gana siempre el equipo que tiene los mejores elementos a su disposición. A veces se impone otro que no conoce los lujos, pero que sabe de sacrificios. Y ocurre algo similar en Gran DT, en el que algunos entrenadores virtuales resultan victoriosos a pesar de dar ciertas ventajas iniciales. No tener una computadora propia para seguir el rendimiento diario de los jugadores es un buen ejemplo. Eso le pasó a Claudio Rafael Báez, vencedor de la tercera fecha del Torneo Fantástico.

“¡Qué sorpresa! ¿Seguro que no es una broma? Estaba ilusionado, pero nunca lo imaginé. Lo que pasa es que no tengo compu en mi casa... Armé el plantel en el cyber. Lo hice para mí, para mi señora y para mi hermano”, reveló Báez desde la empresa constructora en la que trabaja desde hace dos años en La Plata, ciudad donde también vive. Y para darle un matiz aún más épico a su hazaña, acotó: “Elijo a los futbolistas de acuerdo con lo que veo en el programa Líbero de TyC Sports. Miro mucho eso de la ‘Ley del ex’ y contra quién va cada jugador”. Una estrategia brillante y que hasta ahora no había sido mencionada por ninguno de los anteriores ganadores.

No fue un triunfo holgado el que consiguió. Lo separó un solo punto de su inmediato perseguidor. A su equipo le puso “El único grande que no ‘B’”en alusión a su sentimiento por Boca y a modo de burla por los recientes descensos de River y de Independiente. “Participo del juego desde hace cinco, seis ediciones. No tengo otros hobbies: solamente Gran DT y, también, jugar en el de la Primera B Nacional”, consideró Báez, de 27 años. Y contó sobre sí mismo y sus gustos: “Me encanta el fútbol. Juego cotidianamente con mis amigos. Soy lateral derecho, con mucha proyección, pero sin gol. Ja, ja”.

Le generó semejante sorpresa la noticia sobre su conquista que todavía no definió qué hará con el premio de $15.000. “Voy a ver si cambio el auto o si compro algunas cosas para la casa”, imaginó el mejor técnico de este fin de semana. Y se dio el lujo de aconsejar a sus contrincantes: “Hay que tener un poco de suerte, pero -sobre todo- hay que seguir lo que pasa cada día con los jugadores. De cualquier manera. No importa cómo”.

Sacrificio y un poco de fortuna, la mezcla ideal para demostrar quién es el que más sabe de fútbol. ¿A quién le tocará ahora?

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Matos les dio felicidad a muchos

Gran DT. Con los tres goles a Quilmes, el delantero de All Boys fue el mejor de la semana.

Se desquitó con una actuación descollante, para el archivo, que nunca olvidará. Mauro Matos se anotó con un hat-trick de antología para la goleada 4-0 que All Boys le propinó a Quilmes en Floresta. Y, como era de esperarse, el delantero de 31 años fue el Jugador Ideal de esta fecha de Primera División. Para la alegría incontenible de Julio César Falcioni. Y, también, para los miles de entrenadores virtuales que depositaron su confianza en el oriundo de Castelli.

Con una irrefutable marca de 26 puntos, Matos se erigió como el mejor jugador de esta semana del juego. A pesar de que es un futbolista rendidor, no es uno de los más elegidos en Gran DT. De hecho, se ubica en el puesto 78°. Actualmente lo tienen 37.545 entrenadores, y 2.719 dieron el batacazo al optar por él para disputar esta jornada del Torneo Fantástico.

El partido de Matos fue destacado por donde se lo mirase. Clarín lo calificó con 10 puntos, gracias a los cuales fue la Figura de la cancha (cuatro unidades). Además, sus tres tantos sumaron 12 puntos (cuatro cada uno), lo que hizo un total de 26. Insuperable.

Pero no fue Matos el único que dio que hablar en esta 7ª fecha del Torneo Inicial. Leandro Somoza y Gabriel Mercado, ambos con 17 unidades, completaron el podio de los más destacados. El volante de Lanús obtuvo un 9 de calificación Clarín, fue la Figura de la cancha ante Argentinos y, además, hizo un gol (como es mediocampista, sumó seis unidades). La mala para Somoza fue que recibió una tarjeta amarilla que le restó dos puntos. En el caso del lateral de River, recibió un 6 de calificación, más once unidades de bonus por el tanto que le convirtió a Arsenal en el empate 1 a 1 en Sarandí.

domingo, 15 de septiembre de 2013

De Felippe terminó más satisfecho que Almeyda

Respeto mutuo. Ambos entrenadores se saludaron. Eso sí, terminaron con sensaciones opuestas.

La satisfacción de uno contrastó con el conformismo del otro. Omar De Felippe y Matías Almeyda se retiraron del Libertadores de América con la sensación de que con un poquito más, con alguna mínima aproximación certera, se podrían haber quedado con la victoria. Y, por supuesto, con tres puntos que para el objetivo de ambos hubiesen sido fundamentales. Ese sinsabor fue el lazo que conectó a ambos vestuarios luego del empate entre Independiente y Banfield, en un partido que fue de ida y vuelta, con abundantes situaciones de gol y la incertidumbre de no saber qué sucedería hasta el último instante. De un arco al otro. Así de electrizante y de emotiva fue la fría tarde de ayer en Avellaneda.

Tuvimos actitud y lo valoro. Es decisivo creer e ir a buscar siempre el arco contrario. Lo importante es presentar batalla y ganar confianza. Este es el camino”, manifestó ilusionado De Felippe. Y en un breve análisis de la igualdad, agregó: “Me gustó lo que hicimos en el inicio. Lo pudimos perder, pero también ganar. Como se dio el desarrollo fue un buen punto ante un rival que juega bien y que se armó para estar en la pelea”.

Fue de menor a mayor Independiente desde la llegada del entrenador de 51 años. Luego de un pésimo arranque comandado por Miguel Angel Brindisi, el Rojo tomó una bocanada de aire fresco con estos cinco puntos que obtuvo sobre los nueve que disputó desde el arribo de De Felippe. “Mejoramos y nos superamos. Desde el punto de vista anímico estamos renovados. Tenemos que manejar más los tiempos y apurarnos menos”, expresó el DT. Y concluyó: “La categoría está muy pareja. Ahora nos enfrentaremos a Villa San Carlos y Sarmiento. Tendremos que ser pacientes porque no saldrán a atacarnos desde el arranque”.

La contracara del regocijo de De Felippe fue el disgusto disfrazado de conformismo que expresó Almeyda. El técnico de Banfield se lamentó porque se les escapó un encuentro que parecía controlado, sobre todo porque el local jugaba con un jugador menos por la expulsión de Reinaldo Alderete.

Fue un partidazo, con mucha tensión y jugadas un poco polémicas. Tuvimos seis o siete chances claras para liquidarlo, pero no lo cerramos a tiempo”, largó el Pelado. Y destacó: “No pusimos la pelota al piso ni la movimos por afuera. Tampoco aprovechamos el hombre de más. Igualmente me voy contento porque tuvimos el juego de siempre ante un grande que de a poco se pone de pie”.

El punto no satisfizo el apetito de ninguno de los dos. Sólo tendrá un valor superlativo si a este empate le sigue una victoria. Y otra más.

martes, 10 de septiembre de 2013

Florencia, la mejor

Con aroma de mujer. Asesorada por su hermanito y un tío, ganó la segunda fecha de Gran DT.

Las buenas noticias que se reciben de manera inesperada son las que más se disfrutan. Y, por supuesto, las que mayor sorpresa generan. Florencia Milagros Díaz se encontraba en el colegio cuando supo que era la ganadora de la segunda fecha del Torneo Fantástico de Gran DT. Su equipo, “Los Yousitos”, se erigió como el mejor de la jornada gracias a esos notables 145 puntos. Para acrecentar aún más ese estado de satisfacción que generan las victorias, Florencia se impuso por una sola unidad sobre su inmediato competidor. Y, así, se hizo acreedora del premio de $15.000.

¿En serio me decís que gané? ¡No lo puedo creer! Todavía no entré a la página para ver cómo me fue. Fui siguiendo el rendimiento de mis jugadores, pero no pensé que me iría tan bien”, contestó la entrenadora virtual, de apenas 15 años. Y mientras trataba de salir de ese estado de asombro, explicó: “El equipo es mío, pero en realidad me lo armaron mi hermanito Alfredo, de 9 años, y mi tío”.

En esa tranquila tierra santiagueña que la cobija desde su nacimiento, Florencia no sólo participa en el Gran DT sino que además juega al fútbol en un club de La Banda, la ciudad donde vive. “Aquí en Santiago juego al fútbol con un grupo de mujeres en el Club Atlético Sarmiento”, reveló Díaz. Y, orgullosa de sí misma, agregó: “Soy delantera y hago muchos goles. En mi casa somos todos de River; por eso grité los goles de Manuel Lanzini por partida doble”.

Además del mediapunta del elenco riverplatense, Florencia tuvo entre sus titulares a Martín Pérez Guedes, de Olimpo. Ambos fueron los Jugadores Ideales de esta jornada del juego: sólo entre ellos, su plantel sumó 48 unidades. Una marca letal. El nombre del equipo se debe a que el apodo de su hermanito es You. De ahí viene la denominación de “Los Yousitos”, el mejor conjunto de la fecha. Sin discusión.

lunes, 9 de septiembre de 2013

"Este es el River que le gusta a la gente"

De colección. Lanzini festeja su primer gol. El 10 apiló contrarios y definió con mucha categoría.

Tuvo la posibilidad de aceptar una suculenta oferta de millones de dólares para emigrar a un campeonato sombrío como el de Emiratos Arabes. Sin embargo, Manuel Lanzini se quedó para sentir y experimentar esas cosas que van más allá de lo económico. River quería que se fuera, pero él priorizó su amor por el club y se bancó el enojo de los dirigentes. Y ahora justifica con goles cada una de esas ilusiones que los hinchas depositaron en su figura cuando tomó esa difícil determinación.

¿Cuánto vale el fútbol? Saberlo es imposible. En el último mercado de pases, Lanzini rechazó un ofrecimiento de 7,5 millones de dólares del club Baniyas de la extravagante ciudad de Abu Dhabi. Ahora, las gambetas y cada una de esas pelotas largas de su corrida desde la mitad de la cancha hacia el tanto que abrió el partido frente a Tigre, no pueden contarse en dinero. El juvenil se quedó a pesar de que Ramón Díaz insistió en el receso invernal para que se concretara la llegada de Jonathan Fabbro. Era la apuesta más riesgosa. Y le salió bien, ya que demostró en 90 minutos lo que el argentino nacionalizado paraguayo no exhibió cuando estuvo en el campo de juego.

Lanzini fue la gran figura de la noche festiva del Monumental. No era un encuentro sencillo de resolver porque Tigre se cerró mucho atrás. Y eso para un jugador que tiene que elaborar y encontrar espacios para atacar, es dificultoso. A pesar de esa adversidad, el oriundo de Ituzaingó se mostró movedizo en el primer tiempo. Lo mejor de su repertorio llegó en el amanecer del complemento, cuando rompió el cero en el arco de Javier García con un gol de clase internacional. A partir de ese desahogo, aparecieron los espacios que necesitaba para desenvolverse, y fue la punta de lanza entre el medio y el ataque. Todos los avances pasaron por él y él los condujo con su fútbol. Luego del tanto de Giovanni Simeone, Manu apareció por el segundo palo para estampar el segundo grito en su cuenta personal y cerrar el contundente 3-0 sobre el conjunto de Victoria.

Si bien usa la 10 y se mueve como un enganche, Lanzini es un mediapunta: su juego es más vertical que horizontal, con características mucho más similares a las de Pablo Aimar, y distintas a las que ostentan Juan Sebastián Verón y Juan Román Riquelme. Además, es un jugador con un amplio margen de crecimiento y un pibe que tiene con qué. En otras palabras, Lanzini es uno de esos que puede hacer algo distinto con su talento en un partido muy cerrado.

“Estamos muy felices porque conseguimos un lindo triunfo para seguir adelante. Además, jugamos bien. Éste es el River que le gusta a la gente”, manifestó Lanzini luego de la goleada sobre Tigre. Y luego agregó: “Fue un partido especial y muy lindo para mí. Por suerte, se me liberaron los espacios para hacer el gol. Sirvió para abrir el marcador y llevarnos los tres puntos”.

En un fútbol en el que se habla de tantas cosas menos de la pelota, Lanzini nos recordó que las revanchas existen y que está bien dar algunas batallas.

domingo, 8 de septiembre de 2013

“Es la primera vez que estoy primero en Primera”

Desaforado. Caruso Lombardi, en acción. Su Argentinos marcha puntero en el Torneo Inicial.

Da la sensación de que Ricardo Caruso Lombardi es un hombre que nunca tiene tiempo para disfrutar los buenos momentos. El entrenador armó un plantel para tratar de escaparle a la zona del descenso, pero hilvanó una serie de buenos resultados y su Argentinos es el único líder del Torneo Inicial. Sin embargo, su equipo sigue apremiado con el promedio.

No podemos salir de la zona roja. Tengo una bronca... Siempre nos veo en el cuadradito del descenso y me fastidia mucho”, se desahogó Caruso luego de la victoria frente a All Boys. Y aprovechó la oportunidad para sacar pecho por sus aciertos en el mercado de pases: “Me pone contento que los jugadores que elegí del Ascenso estén apareciendo. Nos subestimaron. Cuando armás un grupo como hice yo, con una prueba de futbolistas, los periodistas te boludean”.

No es ingenuo Caruso. Sabe que la posición que ocupa su equipo es momentánea y es consciente de que un error mínimo podría arruinar este presente. “Estar en lo más alto es un pasatiempo. Por eso no me subo al caballo. Igualmente es la primera vez que estoy primero en Primera, ja”, manifestó el entrenador en conferencia de prensa. Y agregó: “Tenemos que hacernos fuertes de local y sumar de visitante. Con estas ganas y esta humildad saldremos adelante. Este equipo tiene coraje”.

Se viene un fixture complicado para Argentinos: el viernes visitará a Lanús en el Sur del Gran Buenos Aires y luego recibirá a Boca en el Diego Armando Maradona. Sin lesionados ni suspendidos, Caruso apostará a esta base que le ha dado grandes resultados.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Granate el 24

Del barro de las canchas de la B Metropolitana a los flashes de la Primera División. Izquierdoz está en el lugar que siempre soñó, pero no por obra del azar. “Tengo que sacrificarme”, dice. Y va por más.

En acción. Carlos Izquierdoz se ganó un lugar en la Primera de Lanús a base de mucho sacrificio.

Llegó desde la fría y popular Bariloche cuando la palabra “Primera” era todavía un sueño lejano de alcanzar. Y aterrizó en la convulsionada Buenos Aires con una valija que de tanto entusiasmo que cargaba era imposible de cerrar. Su destino fue Lanús, un club que -como dirá él mismo más adelante- en ese momento atravesaba una situación deportiva delicada, pero que luego daría un giro de timón que cambiaría el destino de la institución sureña para siempre. Carlos Izquierdoz también sabe lo que es un punto de inflexión y lo que son las vueltas de la vida, pero a todo eso le aporta su dosis de sacrificio. El marcador central hoy afronta un gran momento futbolístico, aunque recuerda cuando bajó dos categorías para sumar minutos en Atlanta a través del famoso convenio de reciprocidad que unió a ambas entidades durante algunas temporadas.

“Fue complicado pasar a Atlanta porque uno apuntó siempre a jugar en Primera. Además venía de un año duro, con muchas lesiones que me dejaron jugar muy poquito. Entonces era normal que por ahí en el club pretendieran que yo tuviese un paso por otro lugar para ver en qué condiciones estaba”, reflexiona el Cali mientras posa su mirada en el horizonte y apoya los pies en el playón del estacionamiento del polideportivo. Y con ese tono de voz sereno que lo caracteriza, continúa: “Fue un año muy bueno ahí porque hicimos bien las cosas. Me sirvió para agarrar lo que es el roce y competir por prestigio y por plata. Y bueno, ahí se vio que estaba preparado y que tenía por delante un lindo camino para recorrer”.

-Cuando entrabas en esos vestuarios de la B Metropolitana, la mayoría de ellos con instalaciones precarias, ¿imaginabas que poco tiempo después tendrías semejante actualidad?

-El tema es que uno apunta a eso... En esas situaciones aprendí a valorar mucho más lo que tengo hoy. Entiendo que tengo que sacrificarme y dar el máximo porque la verdad es que todo cuesta mucho en el fútbol.

-¿Y ahora cuál es la sensación para vos, que te formaste en las Inferiores, de empezar otra temporada con esta camiseta?

-Es buenísimo porque uno siempre tiene la ilusión de jugar acá, en el lugar donde creció y aprendió a realizar un montón de cosas, tanto en lo futbolístico como en lo relacionado con la educación. La verdad es que me pone muy contento devolver un poquito de todo lo que me dio Lanús en estos años.

-Que te hayas afianzado como titular, ¿lo hace aún más especial?

-Sí, ya que uno aspira a eso y la lucha desde hace mucho para lograrlo. Ya me había tocado en otro semestre cuando nos dirigía (Gabriel) Schurrer. Entonces es por eso que mi intención era volver a conseguir la titularidad. Trabajé demasiado y creo que -en parte- me lo merecía.

Se distrae un momento ante la aparición de un grupo de chicos que paran para saludarlo. Izquierdoz no sólo es reconocido por los hinchas granates sino que también es muy apreciado por su entrega dentro de la cancha y su carisma fuera del campo de juego. Luego de un breve interregno, el portador de la camiseta con el 24 en la espalda retoma la conversación con Diario del Grana. ”Siempre fue así el apoyo de la gente. Ahora se da un poco más por una cuestión de cómo uno juega y cómo entra a la cancha para dejar todo”, piensa en voz alta el defensor de 24 años. Y agrega: “Supongo que será por la manera que tengo de manejarme: siempre con respeto y tratando de ser una persona educada. Pienso que eso influye además de la parte futbolística”.

-¿Recordás cómo fue tu llegada a Lanús?

-Vine cuando tenía 16 años desde Bariloche. Llegué con edad de Sexta División después de una prueba que realizó Roberto Puppo, quien fue el que hizo que me quedara acá. Tuve como entrenadores a Egidio Acuña, Héctor Romero, Armando González, Leandro Sime, Ariel Paolorossi... y no quiero olvidarme de ninguno, ja. Fue una etapa muy linda la que viví en la institución y con grandes compañeros.

-Cuando llegaste al club, ¿a qué jugador mirabas como espejo en tu posición?

-En Inferiores me gustaba mucho el Pampa (Mauricio) Romero. El fue sin dudas un gran defensor que vi por acá. A otro que admiraba era a Santiago Hoyos, con quien tuve la suerte de compartir el vestuario. Lo mismo me pasó con Paolo (Goltz). Aprendí mucho de ellos.

-¿Te das cuenta que en casi todos los partidos tenés una situación clara de gol cuando vas a cabecear al área contraria?

-Tengo buena capacidad de salto y voy a buscar bien. Eso hace que por ahí me dé alguna ventaja a la hora de meterme en el área contraria. Trato de apuntarle más o menos al lugar donde puede llegar a caer la pelota e ir a buscarla con convicción. Creo que el secreto es ir con ganas para insinuar algo.

-Cuando eras chico seguramente soñabas con jugar en la máxima categoría y afianzarte. Ahora que lo lograste, ¿a qué apuntás?

-Quiero conseguir un título con Lanús, no me quedan dudas de eso. El club me dio tanto que por lo menos quiero un campeonato para retribuírselo. Sería algo soñado, ideal para mí y para mis compañeros.

Está rebosante de entusiasmo Izquierdoz. Sabe que se armó un plantel interesante y que pelear arriba es una obligación más que una necesidad. Y sabe, también, que ganar un torneo es una materia pendiente que tienen que rendir lo antes posible.

-¿Se entiende a veces la ansiedad que tiene la gente de pelear torneos y ganarlos?

-Cuando llegué a Lanús estaba (Néstor) Gorosito de técnico, ja... Y era un momento difícil. Después tuvimos la suerte de que Ramón (Cabrero) agarró el equipo junto con Luis (Zubeldía) y a partir de ahí se notó un cambio gigante. Hubo muchísimos chicos que yo veía en Inferiores y que se fueron vendidos a Europa. Eso hizo que la economía de la institución creciera mucho. Además, desde esa época hasta ahora, creo que Lanús peleó la mitad de los torneos que afrontó. Y entró a copas internacionales. Es normal que el hincha exija porque el equipo da muestras de que se puede y de que hay material para conseguir algo importante.

-¿Lo hablan entre ustedes esto de salir campeón de una vez por todas y sacarse esa espina clavada?

-Es nuestra intención desde siempre. Ya apuntamos a estar bien arriba. Nos preparamos y estamos mentalizados en que queremos conseguir algo lindo. Para eso se necesita el vestuario que tenemos y, obviamente, trabajar de la manera adecuada cada día. ¿Qué prefiero más: la copa o el campeonato local? Pienso que cualquiera de las dos, ja. Hay que apostar a lo más alto en las dos y no especular porque sería un error. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

Peligro de gol

Matías Donato es la nueva promesa de las Inferiores de Lanús. Es delantero y juega en la Novena. Lo apodan Tanque y no se cansa de hacer goles. 

Goleador. El juvenil lleva convertidos 20 tantos en 18 partidos del torneo de Inferiores de AFA.
Es la nueva piedra preciosa de la inagotable cantera de Lanús. Todavía es una joya que no está del todo pulida, pero es algo lógico porque escribe sus primeras páginas como jugador amateur. De todas maneras, se las arregla para brillar con su luz propia y para deslumbrar cada sábado con su capacidad goleadora. Matías Donato es un nombre que empieza a salirse del libreto por sus actuaciones descollantes en la Novena División que dirige Guillermo Alonso, El Beto. Es delantero de área y el capitán de su categoría. Y los que lo observan cada fin de semana dentro del campo de juego dicen que es un crack, a pesar de tener tan sólo 14 años.

Como dice un popular adagio, los números no mienten. Y si a ellos hay que remitirse, los que lo tildaron de promesa no están tan equivocados: en 18 partidos disputados hasta el cierre de esta edición (trece encuentros de la Etapa Clasificatoria del Torneo de Juveniles y cinco de la Copa Campeonato) convirtió ¡20 goles! Una cifra que estremece. Pero no es solamente esta valiosa cantidad la que entusiasma a los que recorren diariamente la pensión y los vestuarios de Fútbol Amateur. Además les sorprende la personalidad con la que se maneja dentro y fuera de la cancha. Gracias a eso, Donato también se ganó el rótulo de referente.

“Empecé a jugar desde muy chico al baby fútbol en el Club Villegas, en la Liga ADILA. Llegué a Lanús a través del Mundialito que se juega todos los años. Me vieron y me dijeron que viniera a probarme. Y quedé. Eso fue en 2007”, cuenta el Tanque, como lo apodan sus compañeros. Y explica el origen del sobrenombre: “Me lo puso un técnico que tenía en Villegas por mi físico, la potencia y la manera que tengo de jugar”.

A pesar de las mieles que endulzan sus días de deportista, el pibe no se la cree ni un poco. Entra y sale del vestuario con su bolsito, como si fuera uno más. Saluda y lo saludan. Y habla con una naturalidad envidiable. “Soy centrodelantero, nueve, nueve… Y goleador. A veces me tiro por la derecha. Soy diestro, pero también me animo a pegarle con la zurda”, reconoce Donato. Y continúa: “Hago muchos goles de cabeza y tengo potencia para pegarle desde afuera del área. Tengo buen salto, buen cabezazo y un correcto movimiento de cuello”.

-¿Te costó mucho el cambio de Infantiles a Amateur? -No, para mí es lo mismo. Se me complicó mucho más adaptarme a la cancha de once, sobre todo al principio porque estaba acostumbrado al baby. Después ya me acoplé sin problemas.

-¿La cinta de capitán la pediste vos? -No, fue algo que se dio así con el tiempo. También el entrenador y mis compañeros me eligieron como capitán. Gracias a Dios la responsabilidad me tocó a mí. Generalmente antes de cada partido arengo al equipo, les digo a mis compañeros “muchachos, hay que hacer esto”. Y los aliento. A mí no me importa quién hace el gol porque lo único que me interesa es ganar. Que lo haga cualquiera, hasta el arquero, ja.

-¿A qué jugador de tu puesto admiras o tratas de imitar? -Me gusta mucho (Gonzalo) Higuaín porque es un nueve de área que está siempre bien metido y donde está la pelota. No da ninguna por perdida, y eso me encanta.

-¿A dónde te gustaría llegar? ¿Cuál es tu sueño en el fútbol? -Recién estoy en Novena, pero aspiro a llegar a Primera y ser campeón acá. No tengo que bajar nunca los brazos y seguir como hasta ahora. No hay que creérsela, eso es lo fundamental. Los técnicos se me arriman y me dicen que me tranquilice, que no tenga ansiedad. Me aconsejan que cuando tenga la pelota no me apure a definir.

A Matías le encanta el fútbol, y dice que la pelota lo vuelve loco. A pesar de ese fanatismo, asegura que no tiene problemas en el colegio. Y se lamenta de no tener tiempo para jugar a la play. En su casa, muy cercana a La Fortaleza que lo desvela con sus sueños de Primera, también respiran fútbol las 24 horas. “Mi vieja viene siempre a verme, pero mi viejo no viene tanto porque dirige del otro lado…”, balbucea Donato. Y sin que nadie la pida una explicación, sonríe de pícaro y aclara: “Mi papá dirige la Séptima de Banfield. Me quiso llevar para allá, pero le dije que no, que no había manera porque soy hincha de Lanús”. Con definiciones como esta, el peligro de gol será constante. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Tito Ramírez, con la marca del goleador

Primero yo. El delantero, autor de los dos goles de Colón, se la lleva ante la marca de Peppino.

Cuentan que no bien llegó Rubén Darío Forestello a Colón, una de sus primeras decisiones fue llamar a su colega Julio César Falcioni para que éste le diera referencias de cómo explotar las condiciones de Rubén Ramírez, un goleador que al Emperador le había rendido siempre, sobre todo en su paso por Banfield. Del otro lado del teléfono, con esa singular voz del actual entrenador de All Boys, se escuchó: “A Tito lo tenés que mimar. Hacelo sentir el 9 titular, que él te va a responder”. Y vaya que así fue: en cinco fechas del campeonato, lleva cuatro gritos. Le convirtió a Quilmes, a River en el Monumental y dos a Rosario Central, ayer.

Venía de un Torneo Final en el que había sido suplente de Emmanuel Gigliotti y en el que había tenido poco rodaje. Encima, cada vez que ingresaba se le machacaba su exceso de peso. Sin embargo, este presente fructífero se entiende gracias a la fórmula de Falcioni, la muñeca de Forestello y la buena voluntad del delantero.

El técnico me dio confianza desde que llegó. Mis compañeros y mi familia también me ayudaron. Tengo que seguir de esta manera, metiéndole como siempre”, reconoció Ramírez luego de la victoria sobre el conjunto rosarino. Y acotó: “Estoy muy contento porque cada vez que vienen mis hijos hago dos goles. Ésta fue la primera vez en el semestre que vinieron...”.

Si hay algo que no se le puede recriminar a Tito es que la peleó siempre. Surgió de la Inferiores del club y le costó ser el punta titular. Estuvo bajo la sombra de Esteban Fuertes y de Gigliotti. Además, en algunos pasajes fue resistido por la gente de Colón. Pero tuvo la personalidad suficiente para poner la cara. Por eso, esto es una especie de revancha personal.

Fue un partido durísimo, sobre todo después de la expulsión de Bruno (Urribarri). Ahí se nos complicó y nos tuvimos que meter atrás. Por suerte lo tenemos a Curuchet, que es un cohete y generó el penal”, analizó Rubén, quien antes del encuentro recibió una plaqueta en reconocimiento a los 100 goles que llevaba hasta antes de recibir a Central. Con los dos que convirtió ayer, claro, suma 102 en toda su carrera.

En el entretiempo, el técnico nos pidió que estuviéramos tranquilos y que esperásemos el contraataque para lastimar”, contestó sobre lo acontecido durante los 90 minutos. Y con respecto a la levantada que protagonizó Colón en estas últimas presentaciones, aclaró: “Estamos muy contentos por el lugar que ocupamos ahora en la tabla, pero igualmente vamos de a poquito”.


Con una bronca inocultable

Inconforme. Miguel Russo.
No quedó muy conforme Miguel Angel Russo con lo que plasmaron sus jugadores en el campo de juego. "No me gusta perder, y menos así. Ya está, son partidos que se dan de esta manera. Ahora hay que agachar la cabeza y volver a trabajar para que las cosas salgan bien", admitió el entrenador de Central. Y argumentó: "Que nos ganen con un contragolpe, más allá de si fue penal o no... Nosotros les dimos la chance para que nos llegaran. Hay que analizar todo lo que no se hizo bien".

Más allá de su mirada autocrítica, lo que más lamentó Russo fue que no pudieron aprovechar la superioridad numérica. "Teníamos un jugador más. Al rival no había que darle la oportunidad de nada y nosotros se la dimos. Hasta saqué a los que tenían amarillas para que nada nos tomara por sorpresa, pero no fuimos inteligentes", dijo el DT. Y antes de partir hacia Rosario, acotó: "Tendremos que cambiar cuando salgamos a jugar de visitante".

domingo, 1 de septiembre de 2013

Quilmes triunfó en Victoria y sube

Gol. Zacaría oculta a Boghossian, protagonista del tanto en contra. Se acercan Braña y Abecasis. 

No fue necesario que Quilmes inquietara mucho o desplegase un gran funcionamiento colectivo para que se llevara los tres puntos de Victoria: Tigre le facilitó la tarea con sus reiterados desaciertos defensivos. Ambos equipos desnudaron en cada avance contrario -sobre todo en el primer tiempo- serias falencias en sus últimas líneas. Pero el conjunto dirigido por Nelson Vivas se quedó con el triunfo porque se equivocó menos y porque fue sumamente efectivo.

La otra razón que le permitió a Quilmes edificar esta victoria fue el sacrificio de Joaquín Boghossian. El delantero uruguayo aún está lejos de su mejor versión, esa que exhibió en 2009 en Newell's, pero se las arregla para ser un peligro constante porque pelea todas las pelotas y no se queda estático. Así llegó el único gol, gracias a una arremetida suya que generó el error de Norberto Paparatto. La contracara fue José Sand: estuvo apagado, lento y previsible.

En Victoria se enfrentaron dos equipos con vocación ofensiva. Cada cual a su modo, Tigre y Quilmes intentan atacar con bastante gente. Tigre, con un esquema 4-4-2; y Quilmes, con un 4-2-3-1 en el que Braña y Leandro Benítez volvieron a ser los sostenes de esa propuesta ambiciosa.

Sin embargo, la mayoría de las jugadas de peligro que tuvo el partido tuvieron su génesis en errores que los dos equipos cometieron al intentar salir jugando desde el fondo. Les costó salir airosos de la presión a la que fueron sometidos y entonces dispusieron de chances de gol más por fallas ajenas que por búsquedas propias.

En el primer tiempo, por caso, Sergio Araujo robó una pelota y lo dejó a Sand mano a mano con Peratta. El tiro a colocar del centrodelantero pasó cerquita, a los 15.

Otra falla, pero en este caso originada por una desatención defensiva, dejó a Quilmes al borde de la apertura, sobre los 23. Peratta sacó fuerte, la pelota picó cerca de la mitad de la cancha, los centrales quedaron desairados y Zacaría quedó cara a cara con Javier García. El volante ofensivo se la quiso picar y el ex Boca la tocó con las manos fuera del área. Correspondía roja para García por cortar una situación manifiesta de gol, pero -tras dudar- Pitana sólo lo amonestó ante las protestas de todo Quilmes.

El equipo visitante tuvo su gran revancha sobre el cierre de la etapa inicial. Tigre se equivocó en la salida, Braña la recuperó, el travesaño devolvió un cabezazo de Boghossian, Fernando Telechea metió un frentazo que fue interceptado con una mano por Fideleff y Paparatto la metió en contra de su arco al querer despejar.

Tigre sintió las ausencias de Pérez García y de Wílchez, los creadores de juego. Y esa falta de elaboración quedó de manifiesto en las dificultades que tuvo para generar peligro al tener que buscar el empate. Así y todo, Araujo estuvo tres veces cerca de igualar en la etapa final.

Quilmes se apoyó en la capacidad de Caneo para manejar la pelota y los tiempos, sobre todo en el tramo final. El nerviosismo del público de Tigre se vio reflejado en la cancha. Quilmes lo supo aprovechar y quedó como uno de los cuatro escoltas de Newell's.