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Tensión. La pintada, realizada por hinchas de Central, apunta al plantel de Miguel Angel Russo. |
No
son días tranquilos los que atraviesa Rosario Central. El clima que lo acompaña desde hace algunos días está denso, demasiado
enrarecido. Y el flojo presente del equipo de Miguel Angel Russo en el
Torneo Inicial tiene mucho que ver. Demasiado.
Primero
fueron las pintadas amenazantes que
aparecieron el martes en las inmediaciones del estadio. El mensaje,
contundente, fue para el plantel: “Mercenarios,
Central vale más que sus vidas. Ganen el clásico o mueren”. El graffiti fue
escrito en alusión al partido de la 12ª
fecha frente a Newell’s, pactado para el 20 de octubre. Para el tesorero
del club, Eduardo Macías, el anuncio tuvo un tinte político y se lo atribuyó a
“opositores”.
Pero
eso no fue lo único que trajo malestar en la vida institucional de Central. El jueves, en horas de la noche, hubo un
ataque con armas de fuego al portón que da al estacionamiento del Gigante de
Arroyito, que incrementó aún más la tensión. La irrupción habría sido
realizada por dos hombres que -a cara cubierta- pasaron en moto y dispararon.
También se encontraron impactos de bala en una garita de seguridad.
Sobre
estos hechos se manifestaron en un comunicado las agrupaciones Central Gigante,
MARCCA, Refundar Central, Socios Independientes y La 1889. La intención fue expresar su repudio y desligarse de las
acciones: “Consideramos que fueron
cometidos por cobardes que se escudan en el anonimato”. Además, pidieron “evitar una escalada de violencia de
consecuencias imprevisibles”.
Fue
por esto que se reforzó la seguridad
para el compromiso de ayer ante Arsenal. Hubo 400 efectivos policiales
afectados al partido y una barrera de contención en la calle Avellaneda para
impedir el contacto con el micro que trasladó al equipo. De todos modos, no hubo disturbios durante el encuentro: el
gol agónico de Sebastián Abreu calmó los ánimos y la desconcentración se
desarrolló con normalidad.
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