domingo, 15 de septiembre de 2013

De Felippe terminó más satisfecho que Almeyda

Respeto mutuo. Ambos entrenadores se saludaron. Eso sí, terminaron con sensaciones opuestas.

La satisfacción de uno contrastó con el conformismo del otro. Omar De Felippe y Matías Almeyda se retiraron del Libertadores de América con la sensación de que con un poquito más, con alguna mínima aproximación certera, se podrían haber quedado con la victoria. Y, por supuesto, con tres puntos que para el objetivo de ambos hubiesen sido fundamentales. Ese sinsabor fue el lazo que conectó a ambos vestuarios luego del empate entre Independiente y Banfield, en un partido que fue de ida y vuelta, con abundantes situaciones de gol y la incertidumbre de no saber qué sucedería hasta el último instante. De un arco al otro. Así de electrizante y de emotiva fue la fría tarde de ayer en Avellaneda.

Tuvimos actitud y lo valoro. Es decisivo creer e ir a buscar siempre el arco contrario. Lo importante es presentar batalla y ganar confianza. Este es el camino”, manifestó ilusionado De Felippe. Y en un breve análisis de la igualdad, agregó: “Me gustó lo que hicimos en el inicio. Lo pudimos perder, pero también ganar. Como se dio el desarrollo fue un buen punto ante un rival que juega bien y que se armó para estar en la pelea”.

Fue de menor a mayor Independiente desde la llegada del entrenador de 51 años. Luego de un pésimo arranque comandado por Miguel Angel Brindisi, el Rojo tomó una bocanada de aire fresco con estos cinco puntos que obtuvo sobre los nueve que disputó desde el arribo de De Felippe. “Mejoramos y nos superamos. Desde el punto de vista anímico estamos renovados. Tenemos que manejar más los tiempos y apurarnos menos”, expresó el DT. Y concluyó: “La categoría está muy pareja. Ahora nos enfrentaremos a Villa San Carlos y Sarmiento. Tendremos que ser pacientes porque no saldrán a atacarnos desde el arranque”.

La contracara del regocijo de De Felippe fue el disgusto disfrazado de conformismo que expresó Almeyda. El técnico de Banfield se lamentó porque se les escapó un encuentro que parecía controlado, sobre todo porque el local jugaba con un jugador menos por la expulsión de Reinaldo Alderete.

Fue un partidazo, con mucha tensión y jugadas un poco polémicas. Tuvimos seis o siete chances claras para liquidarlo, pero no lo cerramos a tiempo”, largó el Pelado. Y destacó: “No pusimos la pelota al piso ni la movimos por afuera. Tampoco aprovechamos el hombre de más. Igualmente me voy contento porque tuvimos el juego de siempre ante un grande que de a poco se pone de pie”.

El punto no satisfizo el apetito de ninguno de los dos. Sólo tendrá un valor superlativo si a este empate le sigue una victoria. Y otra más.

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