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Gol. Zacaría oculta a Boghossian, protagonista del tanto en contra. Se acercan Braña y Abecasis. |
No
fue necesario que Quilmes inquietara mucho o desplegase un gran
funcionamiento colectivo para que se llevara los tres puntos de
Victoria: Tigre le facilitó la tarea con sus reiterados
desaciertos defensivos. Ambos equipos desnudaron en cada avance
contrario -sobre todo en el primer tiempo- serias falencias en sus
últimas líneas. Pero el conjunto dirigido por Nelson Vivas se quedó
con el triunfo porque se equivocó menos y porque fue sumamente
efectivo.
La otra razón que le permitió a Quilmes edificar esta victoria fue el sacrificio de Joaquín Boghossian. El delantero uruguayo aún está lejos de su mejor versión, esa que exhibió en 2009 en Newell's, pero se las arregla para ser un peligro constante porque pelea todas las pelotas y no se queda estático. Así llegó el único gol, gracias a una arremetida suya que generó el error de Norberto Paparatto. La contracara fue José Sand: estuvo apagado, lento y previsible.
En Victoria se enfrentaron dos equipos con vocación ofensiva. Cada cual a su modo, Tigre y Quilmes intentan atacar con bastante gente. Tigre, con un esquema 4-4-2; y Quilmes, con un 4-2-3-1 en el que Braña y Leandro Benítez volvieron a ser los sostenes de esa propuesta ambiciosa.
Sin embargo, la mayoría de las jugadas de peligro que tuvo el partido tuvieron su génesis en errores que los dos equipos cometieron al intentar salir jugando desde el fondo. Les costó salir airosos de la presión a la que fueron sometidos y entonces dispusieron de chances de gol más por fallas ajenas que por búsquedas propias.
En el primer tiempo, por caso, Sergio Araujo robó una pelota y lo dejó a Sand mano a mano con Peratta. El tiro a colocar del centrodelantero pasó cerquita, a los 15.
Otra falla, pero en este caso originada por una desatención defensiva, dejó a Quilmes al borde de la apertura, sobre los 23. Peratta sacó fuerte, la pelota picó cerca de la mitad de la cancha, los centrales quedaron desairados y Zacaría quedó cara a cara con Javier García. El volante ofensivo se la quiso picar y el ex Boca la tocó con las manos fuera del área. Correspondía roja para García por cortar una situación manifiesta de gol, pero -tras dudar- Pitana sólo lo amonestó ante las protestas de todo Quilmes.
El equipo visitante tuvo su gran revancha sobre el cierre de la etapa inicial. Tigre se equivocó en la salida, Braña la recuperó, el travesaño devolvió un cabezazo de Boghossian, Fernando Telechea metió un frentazo que fue interceptado con una mano por Fideleff y Paparatto la metió en contra de su arco al querer despejar.
Tigre sintió las ausencias de Pérez García y de Wílchez, los creadores de juego. Y esa falta de elaboración quedó de manifiesto en las dificultades que tuvo para generar peligro al tener que buscar el empate. Así y todo, Araujo estuvo tres veces cerca de igualar en la etapa final.
Quilmes
se apoyó en la capacidad de Caneo para manejar la pelota y los
tiempos, sobre todo en el tramo final. El nerviosismo del público
de Tigre se vio reflejado en la cancha. Quilmes lo supo
aprovechar y quedó como uno de los cuatro escoltas de Newell's.
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