¿Y ahora? El Mellizo y sus jugadores saben que tendrán que ganar los cuatro partidos que restan. |
El
estado de ánimo de Lanús está por el piso. El
tropezón que sufrió el equipo de Guillermo Barros Schelotto, en su visita a San
Martín, fue un golpe que nadie esperaba. Dolió mucho, sobre todo tras
conocer los resultados de River y de Newell’s, que lo dejaron a cuatro unidades
de la punta cuando restan doce para el cierre del torneo. “Estamos muy tristes. En estas últimas fechas no sólo perdimos el
liderazgo, ahora también perdimos el invicto”, se lamentó Silvio Romero, goleador del cuadro del Sur en el semestre
con nueve tantos (ocho en el Final y uno en la Copa Argentina ). Y
avisó: “Hay que ganar los cuatro partidos
que quedan porque uno nunca sabe lo que puede pasar”.
Lo
que dice el punta cordobés es lo mismo que manifestó el técnico luego de la
derrota del fin de semana: hay que
volver a la senda de los triunfos y esperar un traspié de los de arriba para
aprovecharlo. “Estamos con mucha
angustia. No nos queda otra que ganar todo lo que falta y esperar a ver si nos
dan una chance de acercarnos”, explicó Carlos
Izquierdoz con un dejo de resignación.
La prueba de fuego para Lanús será el
domingo, cuando reciba a partir de
las 16.10 a
Belgrano. Para ese compromiso,
Barros Schelotto no contará con Víctor Ayala (llegó a la décima tarjeta
amarilla). En su lugar ingresará Diego González, quien cumplió su fecha de
suspensión y regresará a ocupar la posición de volante central. La incógnita
pasará por saber quién será la
referencia en el ataque, ya que Jorge Pereyra Díaz tampoco conformó al DT.