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El debut. El domingo a las 17, contra Quilmes. |
Mientras
tachan en la pared los días que restan para el arranque del campeonato, los
hinchas de Lanús se hacen una pregunta que resulta inevitable y que
está relacionada con el futuro inmediato del equipo. Y al menos hasta que
empiece a rodar la pelota en el estadio Centenario de Quilmes, todavía no
tienen los argumentos necesarios para elaborar la respuesta. Por el momento,
claro, sólo pueden imaginársela.
“¿Con
qué nos encontraremos el domingo a las 17 cuando nos sentemos frente a la TV para ver nuestro debut en
el torneo?”, parece ser el
interrogante-tendencia que lidera los debates entre los granates y que los
mantiene preocupados, en estado de alerta. Es que saben que el mercado de pases
fue cruel para Lanús, que sufrió las partidas de referentes como Marchesín,
González, Somoza y Romero. Todas piezas difíciles de reemplazar.
El
recambio es inevitable en un plantel que se acostumbró a estar en los primeros
planos. Guillermo reconoció esta semana que las modificaciones en algún
momento van a repercutir en el nivel y que habrá que hacer lo posible
para que no se noten las ausencias. No será sencillo, ni siquiera con las
llegadas de nombres de jerarquía como Monetti o Fritzler.
¿Entonces?
Como nunca antes, el Granate necesitará que los mellizos Barros Schelotto potencien
lo que tienen y, primordialmente, que recuperen a aquéllos que están muy por
debajo de su nivel. Tales son los casos de Junior Benítez, Melano y el
pelado Silva. El empuje y las ganas de Acosta son determinantes para estar en
la pelea, pero no alcanzan porque no puede solo.
La
pregunta engloba varios interrogantes que van más allá del armado del plantel y
que tienen que ver con cuestiones tácticas. Por ejemplo, si se dejará de lado
el 4-3-3, que ya parece vencido, para intentar con un 4-4-2 que resguarde un
poco más a la defensa. O también, si la generación de juego volverá a depender
exclusivamente del ingenio del Marciano Ortiz. Y, por qué no, si haber
mantenido a los cuatro integrantes de la última línea (más la incorporación de
Barisone) sirve para consolidar la coraza protectora que necesita el equipo.
Si
uno se quedara sólo con lo que apreció en los amistosos de la pretemporada, podría
asegurar que este Lanús versión 2015 es similar al de la segunda mitad del año
pasado. Es decir, con los mismos problemas en la contención, en la
generación y en la definición. Encima, sin la carta goleadora del Chino Romero…
De todas maneras, los amistosos son pruebas futbolísticas y tal vez sirvan como
parámetro. Pero hasta ahí. La verdad, por supuesto, se empezará a
ver el domingo. Mientras tanto, que las preguntas las responda la imaginación.
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