Cali. El marcador central oriundo de Bariloche es uno de los puntales de la defensa de Lanús. |
Desborda
de entusiasmo el Mundo Lanús. Está dulce, motivado e
ilusionado luego de la goleada que le propinó a un duro rival como
Belgrano en el arranque del Torneo Inicial. La imagen que dejó el equipo de
Guillermo Barros Schelotto fue acorde a la expectativa que se había generado
tras un mercado de pases fructífero, con la llegada de Santiago Silva incluida.
Es por eso que los hinchas del club del Sur del Gran Buenos Aires sueñan con
pelear el torneo una vez más. Y los jugadores no se quedan atrás.
“Fue
un debut soñado, que en la previa no hubiésemos imaginado porque no fue un
resultado acorde para un comienzo de campeonato. Ganarle 3 a 0 a Belgrano es atípico”,
reflexionó, un tanto sorprendido, Carlos Izquierdoz. Y explicó la máxima en la
que se basa Lanús para atravesar este buen presente: “Nosotros nunca perdemos
la tranquilidad y movemos la pelota de un lado a otro para tratar de generar
situaciones. La idea es triangular y llegar por los costados”.
Lo
que sostiene el marcador central es verídico: el Mellizo les
inculca a sus jugadores que nunca pierdan la paciencia, ni siquiera ante la
ansiedad de la gente cuando la pelota está mucho tiempo en los pies de los
defensores. La intención es no dividir nunca la pelota, salvo que el que la
tiene sea Víctor Ayala, el lanzador del equipo. Hasta Agustín Marchesín sale
jugando de abajo en vez de sacar con un pelotazo hacia la mitad de la cancha.
“Sabemos
que si jugamos de esta manera, los objetivos estarán al alcance de la mano. Hay
que tener la cabeza firme y fuerte”, manifestó Diego González. Y analizó que el
buen nivel de los delanteros depende de lo que hagan ellos en defensa: “A nivel
defensivo estamos muy bien, y eso es importante para que los de mitad de cancha
hacia adelante sólo tengan que pensar en jugársela mano a mano y en hacer lo
que mejor les sale, que es sacarse uno o dos jugadores de encima”.
Tiene
el panorama claro Lanús. Cada uno sabe el rol que desempeña dentro del campo.
Si a eso se le empiezan a sumar los buenos resultados, el entusiasmo estará
justificado.
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