Maxi
Velázquez se mostró apenado porque Lanús no alcanzó los objetivos de este
semestre. “Queda el sabor amargo de no conseguir nada. Siento un dolor muy
grande”, afirmó el zurdo. Y proyectó: “Hay que mantener este ritmo y la
estructura”.
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Autocrítico. Velázquez no terminó conforme con el semestre del equipo. Quería más. |
Desde
que Guillermo Barros Schelotto arribó al Sur del Gran Buenos Aires en junio de
2012, Lanús se acostumbró a estar en los primeros planos, siempre a un
pasito del éxito. Esas ‘ganas de ganar’ que exigía el Mellizo en su
primera conferencia de prensa, los jugadores las asimilaron rápidamente y las
demostraron en cada partido que afrontaron. Es por eso que parece lógico el
sinsabor que produjo este semestre en el que no se consiguió ninguno de
los objetivos trazados. Al menos así lo entendió Maxi Velázquez, acaso
uno de los principales referentes del plantel.
“Es
un poco difícil hacer un balance ahora porque no se terminó de la mejor
manera ni en la Copa
ni en el torneo; ni siquiera en la tabla general. Después del esfuerzo
grande que hicimos, terminar así no es lindo”, señaló el lateral izquierdo. Y,
en esa misma línea de autocrítica, disparó: “No se dieron las cosas… Te queda
el sabor amargo de que en este semestre no conseguiste nada. Es una realidad.
Tengo tristeza porque en la Copa
se había abierto el cuadro y quedaban equipos ‘nuevos’, e iba a ser parejo
todo. Siento un dolor muy grande”.
Pero
no fueron todas pálidas para Velázquez, quien también rescató el hambre
de gloria de sus compañeros de dar pelea en la doble competencia a
pesar del ajustado calendario. “Peleamos los dos frentes hasta el final. La
temporada en general fue muy buena. Se ganó un título como la Sudamericana y se
sumaron 59 puntos”, señaló Maxi. Y se mostró esperanzado por la segunda mitad
del año que se viene con nuevos retos: “Hay que mantener este ritmo de juego y
la estructura para seguir en la lucha de los campeonatos”.
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