Ni el cielo platinado que cobijó a la ciudad de General Rodríguez, ni el pésimo estado del campo de juego del estadio de Alem arruinaron la fiesta de Atlas. Tampoco los fallos arbitrales o el gol insólito que se perdió Walter Negretti, de Centro Español, con el arco vacío. Los Guerreros de Néstor Retamar, esos mismos que integraron El peor equipo del mundo -según el ranking de la FIFA-, están a un paso de ganar la última batalla. Ésa que los coqueteó en más de una ocasión, pero que optó siempre por darles vuelta la cara.
Suena el silbato final y los simpatizantes de Atlas no lo pueden creer. Y se hunden en lágrimas. Desde los más grandes, que padecieron siete temporadas desafiliados dela AFA , hasta los más jóvenes, que ya forman parte de otro capítulo mucho más agradable. Desde una generación que seguía los pasos del Marrón por radio, a otra que ahora observa a sus héroes en un reality show emitido por Fox Sports.
Suena el silbato final y los simpatizantes de Atlas no lo pueden creer. Y se hunden en lágrimas. Desde los más grandes, que padecieron siete temporadas desafiliados de
Poco les importó el saber que con un empate les alcanzaba para quedarse con el Reducido de la Primera D. Mucho menos le interesó a Abel Oroná, autor del gol en tiempo de descuento. La agónica victoria 1-0 sobre Centro Español desató la algarabía del barrio. De los propios hinchas de Atlas, y de los otros, algunos con indumentaria de clubes de Primera División, que se acercaron por el cariño o la simple curiosidad. Si hasta se llegó a vislumbrar una mueca de alegría en los reconocidos periodistas que asistieron -sin el habitual traje que lucen por tv- para ver con sus propios ojos la hazaña de El equipo del continente.
Sueña Atlas, que jugará el próximo martes la Promoción contra Sacachispas, en busca del anhelado ascenso la Primera C. Se entusiasma su gente, esperanzada con subir de categoría y con jugar la Copa Argentina , que se estrenará en la segunda parte del año y que les permitirá enfrentarse a rivales desconocidos. Sueñan, Los Guerreros de Retamar, que están a 180 minutos de escribir la página más gloriosa de su historia.
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