miércoles, 8 de junio de 2011

Chicago lo sufrió hasta el final


Nueva Chicago se clasificó ayer para disputar una de las semifinales del Reducido de la Primera B Metropolitana. El equipo dirigido por Mario Finarelli igualó 3-3 en su estadio frente Barracas Central, pero pasó a la siguiente ronda gracias a la ventaja deportiva. 

Poco le importó a Chicago el hecho de saber que con un empate le alcanzaba para clasificarse a la próxima instancia del octogonal. Sin embargo, a pesar de que atacó desde el arranque del partido, lograr la apertura del marcador no le resultó para nada sencillo. De hecho, su primer gol llegó tras un cabezazo de
Néstor López en contra de su propia valla. A partir de ahí, el dueño de casa se tranquilizó, priorizó el orden y esperó a su rival para salir rápido de contra. De esa manera, aumentó la ventaja por intermedio de Leonardo Carboni y se fue al vestuario con una diferencia inmerecida.

Lo que aparentaba ser un segundo tiempo tedioso, terminó siendo anecdótico. Porque Chicago salió dormido y le permitió a Barracas un resurgimiento inesperado. Primero, Jorge González aprovechó una desatención en el fondo local y descontó con un remate cruzado; después, Sebastián Matos ganó en lo alto y puso el resultado 2 a 2. En busca del tanto de la clasificación, el conjunto visitante conducido por Juan Carlos Kopriva se descuidó atrás y le facilitó las cosas a Chicago, que llegaba al arco contrario en superioridad numérica, pero que carecía de claridad para sentenciar el partido. En uno de los tantos contragolpes que generó, apareció Ezequiel Petrovelli para definir por encima de Elías Gómez y poner nuevamente arriba al local. Sin embargo, sobre el final del encuentro, Sebastián Matos igualó nuevamente de cabeza y rebrotó la desesperación de Chicago, que sufrió más de la cuenta y terminó pidiendo la hora.

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