lunes, 12 de noviembre de 2012

La estrella que perseguimos ya no es fugaz

Todos para uno. Pizarro acaba de empatar el partido y recibe el saludo de sus compañeros.

Dicen algunos detractores de la vida que cuanto más grande es la ilusión, más fuerte será la frustración de verse derrotado. Allá ellos, los pesimistas. Para nosotros, los soñadores, los que estamos de este lado de la orilla, cuanto más grande es el obstáculo, mayor será la gloria de haberlo superado. Y hacia allá vamos. Perseguimos una estrella que hasta hace poco tiempo era fugaz y que ahora nos encandila cada vez más. Es la tercera de nuestro cielo. El 2D nos enseñó que lo imposible sólo tarda un poco más y que no hay mal que por bien no venga. Nos demostró que para disfrutar a los Cabreros (por cierto, feliz cumple, hombre sabio y pionero), los Acostas y los Sands, primero hay que sufrir con los Gorositos, los Carreños y los Fiorettos.

La historia que se escribe hoy es distinta, aunque forma parte de esa enciclopedia que leerán dichosos mis hijos. Y los hijos de tus hijos. Nuestros abuelos nos hablaron maravillas de la técnica exquisita y de la notable visión de juego que desenvainaba el Nene Guidi. También de la potencia del uruguayo Villagrán para agujerear las redes. Nosotros endulzaremos los oídos de nuestros herederos al contarles que un tal Regueiro no se cansaba de correr de un banderín hacia el otro. Y que la capacidad del Conde Pizarro estaba más en la cabeza (vaya paradoja) que en sus pies. Ahora nos faltan palabras para describir este momento espléndido (¿o acaso soy el único que tiene palpitaciones?), pero dentro de muchos años, cuando recordemos a los héroes de esta crónica de final anunciado, no nos alcanzarán.

Todavía queda mucho por sentir. Así que paciencia. Además de que se consolidó la racha positiva con cinco alegrías consecutivas, la goleada sobre Tigre fue la muestra de carácter que tenía que dar este equipo para terminar de calzarse la pilcha de candidato. El GBS que conduce el destino de Lanús parece que tiene batería para rato. Y su mensaje es mucho más claro que el de la gallega siseante. En su pantalla figura que la próxima estación es la Fortaleza, ante San Martín de San Juan. Ahí sí: #35000Granates. Ni siquiera el jueves será excusa. Que los únicos blancos que los envidiosos vean por televisión sean los pulmones protocolares. Hagamos el esfuerzo. Acompañemos al Grana en su camino hacia el 9D.

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