domingo, 23 de diciembre de 2012

La ciudad está de fiesta

Lanús estrenó los nuevos palcos de la Fortaleza con un mega evento musical. Además, el equipo de Guillermo enfrentó a la Selección Sub 20 y Nicolás Russo le puso punto final a su mandato en el club.

De Lanús hacia todo el mundo. El evento fue transmitido en vivo y en directo por TyC Sports.

La República Granate tiene un motivo más para sonreír al momento de levantar las copas en el brindis estival. Es que luego de casi tres años de intenso sacrificio (físico, mental y, sobre todo, económico), se inauguraron los pisos tres y cuatro de la platea oficial del Estadio Ciudad de Lanús; Néstor Díaz Pérez. Sí, una parte considerable de esta mega construcción de más de 6.000 metros cuadrados, que se finalizará en su totalidad en el transcurso del 2013. La despedida de la Comisión Directiva que condujo al club en los últimos tres años, encabezada por el Presidente Nicolás Russo, fue la excusa perfecta para estrenar los nuevos palcos con una fiesta musical y deportiva que perdurará por mucho tiempo en la retina de aquellos que la presenciaron in situ.

Miles de simpatizantes, alrededor de 10.000, se acercaron desde temprano a la Fortaleza para hallar una ubicación que les permitiera disfrutar de un evento que contó con la participación de artistas de primer nivel, como Los Auténticos Decadentes, Marcela Morelo y Gustavo Cordera. El plato fuerte lo sirvió el plantel profesional de los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, que recibió la visita del Seleccionado Nacional Sub 20 de Marcelo Trobbiani, en un duelo que tuvo muchos condimentos y poco de amistoso. La velada fue conducida por Diego Díaz, ex futbolista y actual conductor de televisión, y Jesica Cirio, modelo y reconocida hincha de Lanús. Y fue transmitida en vivo y en directo para todo el país por TyC Sports, para que todos los habitantes del suelo argentino fueran testigos del crecimiento a pasos agigantados de una institución modelo.

Nadie se quiso perder la histórica celebración, ni siquiera el Capitán Menganno, el superhéroe de la ciudad, que se paseó de aquí para allá con su llamativo traje luminoso. Estuvo Sebastián Blanco. Y hasta Carlos Bilardo, quien accedió amablemente a sacarse fotos con los curiosos de la platea central. Luego de los elogios de rutina de la dupla conductora, fue Nicola Russo quien subió al imponente escenario, ubicado en el corazón de la platea Esquiú, para ponerle palabras al final de su carrera como directivo. "A partir de ahora voy a ir a la tribuna como un hincha más. Quiero agradecerles a todos los que me acompañaron hasta mi último día de gestión", manifestó, emocionadísimo, el ex presidente. Y mientras recibía el reconocimiento de la gente, agregó: “Ahora me voy, pero estaré siempre a disposición de ustedes”.

Los Auténticos Decadentes fueron los encargados de musicalizar la primera parte de la fiesta. De la mano de su líder Cucho Parisi y de Jorge Serrano, esta banda espejo de las hinchadas del fútbol argentino deleitó a los espectadores con sus clásicos temas La Guitarra, Los Piratas, Vení Raquel y El Murguero, mejor conocido como Tu-Tá-Tu-Tá. Mientras interpretaban su tradicional estilo ska, fueron inaugurados oficialmente los 50 palcos con un resplandeciente show de fuegos artificiales. Estos palcos representan 1.700 metros cuadrados de la obra completa y tienen capacidad para 408 personas en confortables ambientes para seis, ocho y 16 concurrentes. Además, cada uno cuenta con una heladera frigobar, un LCD de 32 pulgadas, servicio de Wi-Fi, estacionamiento y servicio de catering. Como estaba previsto, fueron bautizados con el nombre de Julio Humberto Grondona, en homenaje al actual mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino.

Inmediatamente después llegó el partido esperado por todos. Lanús recibió la visita de la Selección Sub 20, que se prepara para afrontar el Torneo Sudamericano clasificatorio para el Mundial de Turquía del año venidero. Se jugaron dos tiempos de 30 minutos. En la primera mitad, Guillermo Barros Schelotto puso lo mejor que tenía a su disposición: salvo Silvio Romero y Oswaldo Vizcarrondo, quien se recupera de la operación en su tabique nasal, jugaron los habituales titulares. Es decir, Agustín Marchesín; Carlos Araujo, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz, Maxi Velázquez; Guido Pizarro, Matías Fritzler, Víctor Ayala, Mauricio Pereyra; Diego Valeri y Mario Regueiro. El árbitro del encuentro fue Federico Beligoy. Por su parte, Trobbiani puso en cancha a Mehring; Meraglia, Onraita, Gianetti, Lucas Rodríguez; Lucas Romero, Kranevitter, Lanzini, Centurión; Vietto y Melano. Más allá de que el enfrenamiento sólo servirá para contarlo como una futura anécdota, el conjunto del Melli no convirtió goles y casi no generó peligro, como en sus últimas presentaciones en el Torneo Inicial. Lo más entretenido fueron los cruces entre el Pipi Araujo y la joyita de Racing, Centurión.

Al término de la etapa preliminar, Marcela Morelo se mostró envuelta por el manto granate y animó la cálida noche con su pop pegadizo. Para la segunda parte, ambos entrenadores les dieron descanso a sus jugadores y cambiaron los equipos. Por su lado, GBS probó con un mix de suplentes y de juveniles. Los elegidos fueron Esteban Andrada; César Borda, Marcelo Herrera, Federico Rasmussen, Luciano Balbi; Oscar Benítez, Diego González, Nicolás Pasquini, Lucas Vera Piris; Leandro Díaz y Gonzalo Castillejos. Junior Benítez ratificó su buen momento al convertir el único gol de la gala, con una linda definición de zurda tras una pared armada a un toque con Vera Piris, otro de los baluartes de la cantera. Los minutos se consumieron rápidamente y la Copa Bingo Lanús fue entregada por Nicolás Russo al Pulpo González, capitán de la formación alternativa.

La fiesta terminó de la mejor manera: con un estruendoso show de fuegos artificiales y la participación estelar de otro artista de estirpe bien granate: Gustavo Cordera, con su Caravana Mágica. El Pelado entonó su famoso Baile de La Gambeta y cerró a todo ritmo, con La Bomba Loca. Fue una celebración acorde al presente deportivo e institucional de un club que no para de crecer. Faltó la frutilla del postre, claro, que hubiera sido la consagración en el último campeonato. Pero igualmente sobran las razones para sonreír pícaramente en Nochebuena y Año de Nuevo. Y para dejar caer esa lágrima de satisfacción. Si al fin y al cabo, a este gigante de cemento, a esta Fortaleza que ilumina desde hace mucho tiempo al Sur del Gran Buenos Aires con luz propia, la hemos construido entre todos.

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