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Lo de siempre. Lionel y un festejo de gol. Esta vez no le alcanzó para vencer al Málaga. |
Pudo
ser fiesta completa para Barcelona, con victoria sobre Málaga y gol de Lionel
Messi incluido. Pero el sorprendente equipo de Manuel Pellegrini le arruinó los
planes en el mismísimo Camp Nou, en una de las últimas jugadas del partido. De
esta manera, el conjunto de Tito
Vilanova, que el domingo había derrotado por 3 a 1 al mismo rival por la Liga Española , no
quedó bien parado para la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey.
De
entrada nomás se vio reflejada la postura de cada uno por la manera en la que
se posicionaron en el campo. Basado en su criteriosa posesión, el local salió
decidido a avasallar al conjunto malagueño, cuya primera intención fue esperar
agazapado el momento oportuno para lastimar. Y vaya que le salió bien: a los 25
minutos, el chileno Iturra usufructuó un grosero error del arquero Pinto y de
Thiago y puso en ventaja a la visita.
Paradójicamente,
el que se vio revitalizado con ese gol fue el propio Barcelona, que despertó de
su letargo y dio vuelta el resultado en tan sólo dos minutos. Primero de la
mano de Lionel Messi: el argentino escaló por la banda derecha a pura velocidad
y gambeta, recuperó la pelota que él mismo había perdido presionando a un
defensor que la controlaba y definió de zurda, al palo más lejano de Kameni. Un
golazo. Así el rosarino parecía que redondeaba una noche individual perfecta
porque, en la previa del encuentro, había celebrado con su gente la obtención
de su cuarto Balón de Oro.
Le
faltaba a Messi que Barcelona ganara. Y enseguida, Puyol saltó más alto que
todos y clavó el segundo con un lindo cabezazo. Y tuvo varias oportunidades
para estirar la ventaja y sellar el triunfo, pero la ineficacia de Alexis
Sánchez se lo impidió.
Málaga
creció en confianza con la velocidad de Diego Buonanotte y con la movilidad del
paraguayo Santa Cruz (reemplazó a Javier Saviola). Y cuando el silbatazo final
era inminente, Camacho aprovechó otro despiste del Barcelona en una pelota
parada y apareció por detrás de todos para sellar el 2 a 2 y sembrar la preocupación
de cara a la revancha que se jugará el jueves, en La Rosaleda. Así Messi
no lograba completar la fiesta que una vez más merecía.
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