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Nada de nada. En Floresta se enfrentaron dos equipos que no encuentran el rumbo. Fue 0 a 0. |
Cuando los jugadores realizan maniobras previsibles, el fútbol se vuelve aburrido, monótono y hasta dañino para la vista. El juego se entrecorta permanentemente y la pelota pasa más tiempo por el aire que al ras del césped. Esta introducción es para señalar que el empate sin goles que dejaron ayer All Boys y Colón, en Floresta, fue deslucido y olvidable. Decididamente olvidable.
A
pesar de que ya transcurrió más de la mitad del Torneo Inicial,
todavía hay equipos que juegan como si no se hubiesen soltado
tras una tediosa pretemporada. Y lo que es peor: hasta pareciera
que algunos jugadores desconocen los movimientos o las costumbres de
sus propios compañeros. Las pelotas paradas que ejecutaron durante
la tarde de ayer los lanzadores de ambos conjuntos dan cuenta de
ello: no le acertaron ni por error a uno con la camiseta del mismo
color.
Lo
más preocupante de todo es que desde afuera se exige (hasta la
disfonía) huevo, cuando -en realidad- lo que
falta es juego. Y mucho. Los hinchas hacen hincapié en la
actitud, en eso de ir para adelante, y no se fijan que avanzar
de manera atolondrada es inofensivo. Nicolás Cabrera y Facundo
Curuchet, por mencionar un caso de cada bando, pueden testimoniar
sobre lo mencionado anteriormente. Estar mucho tiempo en contacto con
el balón cuando hay opciones de descarga es un pecado.
En
el medio de todo el barullo que se propagó a lo largo y a lo ancho
del terreno de juego, Mauro Matos fue un ejemplo de cómo resolver
cada jugada de primera y a un compañero.
Más
allá de la cuestión numérica de sus tácticas, lo que más
perjudicó a All Boys y a Colón fueron sus respectivas posturas en
la cancha. El local trató de mantener sus líneas bien juntas,
pero careció de precisión y de claridad en el área contraria. Para
colmo, Javier Cámpora anduvo con la mira desviada y desperdició
tres oportunidades claras. Otro que no tuvo una buena tarde fue
Roberto Battión: cuestionado por los hinchas en cada intervención,
el volante resolvió todo mal. Por su parte, el visitante se mostró
quebrado en dos: con tal de mantener tres puntas, el técnico
debutante Mario Sciacqua resignó la posesión y apostó por la
contra.
Con
Nicolás Colazo por la izquierda y Nicolás Cabrera por la derecha,
All Boys se hizo ancho y llenó de centros la zona de Germán
Montoya. Para suerte de Colón, la dupla central Oscar
Carniello-Lucas Landa rechazó todo lo que le arrojaron. Gracias
a esa firmeza en la última línea, el elenco santafesino estuvo
cerca de quedarse con la victoria, pero Curuchet no pudo con su
egoísmo y dilapidó cuatro contragolpes con superioridad numérica.
En una de las tantas escapadas a toda velocidad del wing, Carlos Soto
cruzó de izquierda a derecha, evitó la caída de su arco y se ganó
una ovación.
Sin
chances de pelear arriba, la lucha de ambos equipos será sumar para
no sufrir con el promedio. Pero primero tendrán que mejorar mucho en
lo futbolístico para no volver a aburrir como ayer.
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