Lanús se
volvió de Paraguay con un gol de visitante que lo deja con vida de cara a la
revancha contra Cerro Porteño, pero -sobre todo- con una estupenda atajada de
Matías Ibáñez cuando se moría el partido. El reemplazante de Agustín Marchesín
volvió a ser clave.
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Figura inesperada. El arquero de 27 años sustituyó a Marchesín en tres partidos y cumplió. |
Si
Lanús todavía sigue con vida en la Copa Sudamericana es por la gran intervención de
Matías Ibáñez sobre el cierre del partido. Después de conseguir el gol de
visitante a través de Santiago Silva, el Granate trató de acomodarse con dos
líneas de cuatro volantes para quedar a tiro e ir en busca de la clasificación
en La Fortaleza. Sin
embargo, una falta innecesaria de Diego Braghieri derivó en un tiro
libre peligroso para Cerro Porteño que ejecutó Jonathan Fabbro, el ex
mediocampista de River.
La
pelota se desvió en un jugador visitante y salió disparada hacia el palo
opuesto al que se había tirado el arquero del equipo de los Mellizos. Rápido de
piernas, Ibáñez reaccionó, volvió sobre sus pasos y alcanzó a manotear
levemente el balón, que impactó contra su poste derecho. Luego fue despejado
a cualquier lado por el Tanque. Milagro en el Defensores del
Chaco. Fue una atajada que también vale doble de cara a la revancha del próximo
martes. “Creo que pegó en (Nicolás) Pasquini y me agarró yendo para el otro
lado. Por suerte la saqué”, explicó el reemplazante de Agustín Marchesín.
Más
allá de que fue uno de los jugadores de mejor nivel en la visita a Asunción,
Ibáñez no se fue conforme con la cara que mostró Lanús. “El otro
día en el campeonato, contra Godoy Cruz, nos dormimos 15 minutos y nos hicieron
tres goles. Hoy nos volvió a pasar”, manifestó con un dejo de fastidio. Y
concluyó: “Cuando presionamos, somos importantes. Pero cuando bajamos
la presión, somos un equipo común y vulnerable. Si jugamos así, tenemos
grandes chances de pasar”.
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