Walter Gastón
Coyette asistió a la fiesta del Centenario Granate y se mostró muy emocionado
por el presente que atraviesa Lanús. “Cuando fui a jugar el Mundial Sub
20 de Qatar ’95 con el Caño Ibagaza nos preguntaban qué era Lanús. Mirá lo que
es ahora y qué reconocido es mundialmente”, recalcó el ex volante campeón
de la Copa Conmebol
de 1996.
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Agradecido. Coyette nunca escatima en elogios hacia la institución que lo cobijó desde chico. |
Tiene
el privilegio de poder narrar esta historia tal como la vivió, en primera
persona, sin que nadie se la haya contado. Walter Gastón Coyette fue un
testigo presencial del crecimiento maravilloso y sostenido que protagonizó
Lanús en los últimos 30 años. Desde que era un pibe y se tomaba el
bondi en Chingolo para ir a entrenarse al -por aquel entonces- descolorido
polideportivo, hasta su asistencia al coqueto Estadio de los Sueños para
celebrar el Centenario Granate. Así, de un extremo al otro: del
sacrificio y la humildad al placer y la satisfacción.
“Me
pone muy contento pertenecer a la familia del club. Vi todo desde pequeño,
cuando la cancha era de tablones, los vestuarios viejos de las Infantiles y los
de las Inferiores. Antes teníamos que juntarnos todos a sacar las piedritas de
las canchas… Uno ve ahora las instalaciones y todo lo que tienen los chicos
para desarrollarse como futbolistas y es muy bueno”, rememoró El Bandido en la
fiesta de los 100 años de Lanús. Y con la mirada perdida, al borde de
la emoción, añadió: “Ser parte, o haber aportado mi granito de arena para
que esto creciera aunque sea algo, es un orgullo para mí”.
Producto
genuino de esa cantera de juveniles que tantas satisfacciones le trajo a Lanús, Coyette
mantuvo siempre en alto la bandera que lo cobijó desde que dio sus primeros
pasos como jugador. “Cuando arranqué se me dio lo de ser campeón del mundo
con el Caño Ibagaza en Qatar ’95 con la Sub 20. Me acuerdo que en ese
momento nos preguntaban qué era Lanús porque no sabían que era un club. Y
nosotros decíamos que jugábamos acá. Mirá lo que es ahora y qué reconocido es
mundialmente”, explicó el ex volante de 38 años, autor de diez goles
en 125 partidos disputados con la camiseta granate.
El
lazo que lo vincula a Coyette con el Grana es inquebrantable, sobre
todo con los hinchas, que cada día que lo ven le demuestran su cariño. “Pasé
momentos inolvidables. Unos chicos de Temperley al fondo, donde vivía yo, más
en Chingolo, quisieron ponerle mi nombre a su peña. La verdad es que eso y ser
parte de la historia de Lanús me enorgullece mucho”, aseguró Walter. Y
concluyó: “Esta institución me enseñó y me guió en lo que soy como persona
y como profesional. Ahora estoy en otra etapa como director técnico y el
club está siempre dispuesto a dar una mano. Para mí es todo”.
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