Lanús cumple
100 años y es el momento ideal para recordarle cuánto lo queremos. ¿Qué significa
el Granate para vos? ¿Alguna vez pensaste qué serías si no existiera?
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Centenario. El Club de Barrio más Grande del Mundo y la fecha más importante de su historia. |
Ni
siquiera me dieron la posibilidad de elegirte, más bien tuve que aceptarte.
Francamente fue como cuando los padres le ponen el nombre a un hijo. Y no hubo
ni un centímetro de margen para desviarse del camino (a esa altura era
imposible e impensado). Cuando mamá Alicia le confirmó a papá Adrián que yo
vendría al mundo en unos meses, todos los que conocían a esa pareja
inexperta sabían dos cosas: que mi apellido sería Luciano y que, por sobre
todas las cosas, sería hincha de Lanús. Así de peculiar: todavía se
desconocía si sería hombre o mujer, si me llamaría Julieta o Martín, pero ya se
intuía que saldría Granate. Y así fue, gracias a Dios. Hoy me alegra como nada
en la vida admitir que sos la razón cuando me faltan razones; que
sos la llave hacia otro lado, hacia el costado de las cosas.
Me
han preguntado infinidad de veces de qué equipo sería si no fuese de Lanús. Y
nunca pude responder con seriedad. La verdad es que no me imagino yendo al
Cilindro a ver a Racing ni me veo entrando al Monumental para gritar por River.
Jamás me detuve a pensarlo. Es que sólo comprendo el sentido de la
existencia cuando paso por la puerta de La Fortaleza o cuando la veo por foto. Ahí, en
esa mole de cemento que se expande cada día más, es donde todo tiene razón de
ser. Si dependiera de mí, viviría en el polideportivo, dormiría en la pensión de
fútbol amateur y me bañaría en los vestuarios de la Sede Social. Decir
que no se puede por cuestiones lógicas…
Sí
me detuve a razonar en varias oportunidades qué sería de mi vida si no
existiera Lanús. Seguramente mi preocupación principal sería
el trabajo y no buscarle la vuelta a la rutina para estar en cada partido en el
mismo escalón de la popular local, rodeado siempre de las caritas que
están en las buenas y en las malas. El dolor verdadero sería
la pérdida de un familiar y no un posible título que se escurre increíblemente
de las manos en las últimas fechas. Y la algarabía sería
aprobar una materia en la facultad y no ganar un clásico de visitante. ¡Qué
distinto sería todo sin vos, amor!
¿Nunca
le dedicaron un minuto de sus vidas a ese simple razonamiento? Piensen qué
harían cada domingo (o cuando AFA lo dispusiera…) si no tuvieran que ir a la
cancha a ver al Grana. No conocerían la verdadera resaca porque
dormirían hasta la tarde-noche. No dejarían de pagar la boleta del
celular para llegar con la cuota social como corresponde. No
faltarían a ningún compromiso importante ni perderían el trabajo por
los viajes al Interior. No discutirían hasta la furia con vecinos
mitómanos porque tampoco existirían ellos (¿o acaso no viven de
nosotros?) Y así… La vida sería muy cómoda, pero -también- demasiado aburrida.
Poco placentera.
Hagan
la prueba: usen ese minuto para reflexionar qué seríamos sin Lanús. Total, para
amarlo tenemos toda la vida. Hasta el cajón.
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