jueves, 12 de julio de 2012

El regreso del hijo pródigo

El hombre en cuestión. Barrientos está de regreso luego de su paso por el Villarreal.

El paso de Fernando Barrientos por el fútbol español fue tan fugaz que seguramente será recordado por muy pocos. Cuando los dedos de una mano todavía alcanzaban para contar los días que habían transcurrido desde el inicio de la pretemporada de verano, el Negro era cedido a préstamo al Villarreal B por una temporada y media. Un gran desafío para él, que tenía en su haber apenas dos partidos jugados en Primera, y para la Comisión Directiva, que corría el riesgo de perder a este promisorio volante central. Sin embargo, el periplo del juvenil duró, como dice una conocidísima canción de Sabina, lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks. En otras palabras, duró poco y nada. Fueron tan sólo seis meses de travesía. Todo porque el Submarino Amarillo perdió la categoría y, por ende, el equipo B descendió obligadamente a la tercera división, detalle que activó automáticamente la rescisión de su contrato. Así, Barrientos regresó al club que lo formó futbolísticamente y ahora asegura que hará lo posible para ganarse un lugar en la consideración de los mellizos Barros Schelotto.

“Estoy muy contento de haber retornado porque este club me ha tratado siempre muy bien, así que intentaré dar lo mejor para que me tengan en cuenta”, arrancó confiado el mediocampista nacido en el barrio El Jagüel. Y continuó con los detalles de su reaparición en la institución: “Cuando me enteré que Guillermo agarraba Lanús y que yo tenía que volver me puse muy contento por lo todo lo que fue él como jugador”. Más allá de la satisfacción que le generó su vuelta a esta parte del Sur del Gran Buenos Aires, Barrientos también se lamentó por lo efímera que fue su estadía en el Viejo Continente. “La realidad es que el descenso fue algo inesperado. Cuando le había agarrado la mano me tuve que volver, je”, reconoció con su tono de voz tan característico. Y aclaró que no se fue del Villarreal por una cuestión de actitud: “No me fui porque no di todo. Creo que si hago las cosas bien acá voy a tener las puertas abiertas para regresar”.

A pesar de que estuvo poco tiempo en Europa, Barrientos confesó que aprendió muchísimo del estilo de juego español y se mostró sorprendido por el minucioso trabajo que se lleva a cabo en la cantera de su -ahora- ex equipo. “Cuando perdés la pelota tenés que apretar rápido. Además no hay que estar parado y hay que jugar a un toque. Al principio estaba acostumbrado al trote del fútbol argentino y me cagaban a pedo (sic)”, reveló con una risa pícara. Y añadió: “La preparación de los juveniles de allá es distinta a la de acá… Yo vi esas Inferiores y son buenísimas. Sé que salieron campeones en cuatro o cinco categorías”. A modo de cierre, el Negro dejó en claro que su deseo es quedarse a pelear un puesto. “Mi objetivo es tener continuidad y ganar un título en Lanús. Voy a dar todo para que el nuevo cuerpo técnico me tenga en cuenta. Y si no es así tendré que buscarme otro club”, concluyó el hijo pródigo.

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