martes, 31 de julio de 2012

Lo imposible sólo tarda un poco más

Un Chino suelto en Lanús. Carlos Luna es la nueva cara del equipo de Guillermo.

A Guillermo Barros Schelotto le sobran los motivos para estar satisfecho. O inclusive mucho más. Y es que a tan sólo un puñado de días de que comience el novedoso Torneo Inicial, el mellizo ya cuenta con los refuerzos que había requerido al momento de asumir la dirección técnica del equipo. Es cierto que no pudo abrochar esos nombres de elite que tenía en mente, como -por ejemplo- Lucas Viatri, Nicolás Blandi, Denis Straqcualursi, Mauricio Victorino o Jonathan Bottinelli. Pero también es verdad que la Comisión Directiva satisfizo su deseo intransigente de traer "un refuerzo por línea". Y así fue. Costó más de lo pensado. Pero, al fin de cuentas, se logró el cometido.

El primero en caer fue el paraguayo Víctor Ayala, volante de buena proyección y de mejor pegada, sobre todo en las pelotas paradas, que llegó proveniente de Libertad de Paraguay. Así se cubrió un puesto que pedía a gritos una pieza que aportase frescura en el mediocampo. Inmediatamente después se reinició la ardua búsqueda de un centrodelantero de jerarquía. Sin embargo, y a pesar del esfuerzo sostenido, Lanús no se hizo con ninguno de los jugadores apuntados. Para colmo, el flojo desempeño que evidenció la última línea del equipo en los amistosos de la pretemporada desvió la mira de los cañones. Y la prioridad pasó a ser un marcador central. Luego de varios intentos fallidos, se acordó la llegada de Oswaldo Vizcarrondo, un nombre habitué de la Selección de Venezuela.

Parecía que la ilusión de potenciar el ataque con un delantero de renombre se había desvanecido. No sólo por los problemas económicos que afectan al fútbol sudamericano sino también por una cuestión de tiempo. Pero ese panorama cambió de un momento a otro, y luego de una negociación relámpago y cautelosa, se llegó a un arregló con Carlos Luna, quien viene de realizar una excelente campaña en Tigre, en la que se alzó como el máximo goleador. El Chino, de 30 años, que estuvo muy cerca de sumarse a Estudiantes, rubricará en las próximas horas el contrato que lo ligará al Granate durante tres temporadas. De esta manera, Guillermo tiene al centrodelantero que anhelaba y esta noche dormirá tranquilo. Parecía imposible, pero el mellizo nunca se desesperó. Y fue lo mejor que pudo hacer. Es que, como dice una conocida canción de Nonpalidece, lo imposible sólo tarda un poco más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario