Esa mirada. El entusiasmo de Diego Valeri contagia a todo Lanús. |
La mezcla de satisfacción y de
alivio que exhibió Diego Valeri al retirarse del polideportivo fue uno de los
factores que convalidó el sentimiento colectivo de aquellos que se acercaron a La
Fortaleza para presenciar el amistoso ante Unión. “Es un equipo distinto y que juega a otra
cosa”, fue -en reducidas palabras- lo que reflexionaron la mayoría de los
espectadores que se hicieron presentes en la fría mañana lanusense. “Más allá del triunfo y del ritmo que vamos
agarrando, nos vamos contentos por el trabajo que hicimos y porque hoy jugamos
mejor que contra River”, aseguró el Pelusa
con una incontenible mueca de entusiasmo. Y, por otro lado, se mostró conforme con el nivel que
desplegó en esta novedosa, pero no desconocida, posición suya de volante por la
izquierda. “Me sentí muy cómodo.
Hablé de muchas cosas con Guillermo (Barros Schelotto); la idea es que tenga un
poco más la pelota”.
Para él, capitán y una de las
voces cantantes del plantel, la
actuación que plasmó Lanús de mitad de cancha hacia adelante dejó en un segundo
plano las falencias evidenciadas en la última línea. Se podría decir que en
este caso particular, y en contraste con lo que expresa un afamado refrán, el
árbol le tapó el bosque. Tan valioso fue el triunfo por 2 a 1 ante el Tatengue que le sirvió hasta para olvidarse por un rato de la todavía
peculiar partida de Mauro Camoranesi a Racing. “Para nosotros fue un pérdida importante porque él era fundamental
dentro y fuera del campo de juego. Su presencia acá no fue de paso, ya que pesó
fuerte en el grupo”, se lamentó primero. Y reaccionó después: “Tenemos que mirar para adelante y pensar en
el arranque del campeonato. Más allá de que creíamos que Mauro como referente
no era uno más, como jugador sí pensábamos que era uno más de todos nosotros”.
Entre el optimismo y su nueva responsabilidad
Las palabras que emite Diego
Valeri en la renovada antesala del vestuario son muy claras, pero es mucho más
transparente su intención de generar una
atmósfera de bienestar que se propague rápidamente entre sus compañeros. No
es para menos, ya que luego de un semestre que en el plano futbolístico estuvo
más próximo a la pena que a la gloria, Lanús
necesita que alguien le dé un golpe de efecto que lo catapulte en el aspecto
anímico. Y el volante nacido en
Valentín Alsina parece ser la pieza adecuada para llevar a cabo esta complicada
faena de mantener motivado al vestuario. No le resultará sencillo, pero
será su obligación como capitán y uno de los máximos referentes del plantel. Si
los resultados acompañan y el equipo engrana con la idea que el cuerpo técnico
tiene en mente su tarea será más sencilla. Lo
concreto es que ésta será su nueva responsabilidad. ¿Estará a la altura de
la circunstancia?
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