Catarsis. El Pulpo explicó la jugada que antecedió al gol de Colón. |
Transcurrían 37 minutos del primer
tiempo cuando Colón aprovechó una grosera desatención de Lanús para marcar la
diferencia en un encuentro que se
presentaba por demás parejo. Uno de los protagonistas que tuvo responsabilidad
directa en esa jugada que culminó con el golazo de Iván Moreno y Fabianesi fue Diego González, ya que se durmió con el
balón en sus pies y dejó mal parado al equipo, que no resistió el rápido
contragolpe de su rival. Si bien se
mostró apenado por su equivocación, el Pulpito
dejó a entrever que no fue el único culpable de la caída sufrida en la visita a
Santa Fe. “Uno dentro del campo de
juego tiene que resolver lo más rápido posible. Sinceramente no me esperaba la
pelota porque tenía toda la cancha de espalda y no estaba bien parado para
recibirla”, argumentó el volante central. Y agregó: “Esto es así. Quizás en otro momento vamos a ganar un partido con algo
bueno mío”.
Con
ese semblante sereno y reflexivo que lo ha caracterizado siempre, González explicó con lujo de detalles el
desafortunado episodio que antecedió a la conquista del conjunto sabalero, la única en la deslucida tarde
del sábado. “Yo pasaba por atrás de
(Tito) Ramírez, quien estaba marcando a Paolo (Goltz), y por eso perdí la
visión del lugar donde estaba mi compañero con la pelota. Cuando terminé de
pasar me encontré con que tenía la pelota… Tardó milésimas de segundos en
llegar a mis pies y me quedé sorprendido. Después vino Prediger y me la robó
fácilmente porque yo estaba de espalda y sin perspectiva”, relató
minuciosamente el Pulpo. Y contó lo que haría en caso de que se le
presentase nuevamente esa situación: “Quizás
le pegue fuerte y se la tire a Marchesín. O no sé. Lo que sí sé es que esto no
me va a debilitar ni mucho menos. Son errores que uno tiene que aprender para
no volver a cometerlos”.
Con
respecto a lo que fue el desarrollo del partido, el Pulpito enumeró las
falencias que evidenció el equipo y consideró que la victoria de Colón fue
injusta. “Nos faltó precisión en los
últimos metros. Además, la desesperación y la ansiedad de buscar la igualdad
nos llevaron a desarmarnos y a cometer muchos desaciertos. De esa manera, ellos
mostraron una imagen inmerecida porque no fueron superiores a nosotros”,
opinó el jugador de 24 años. Y con
vistas al enfrentamiento del viernes ante Newell’s, por la segunda fecha
del Torneo Inicial, envió un mensaje
claro y que no admite segundas interpretaciones: “Basta de jugar lindo y de querer demostrar, hay que ganar. La derrota
nos dolió mucho, pero estamos muy tranquilos porque confiamos en nosotros y en
el cuerpo técnico. Esto recién comienza”.
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