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El arrepentido. Velázquez se mostró apenado por su expulsión ante Atlético de Rafaela. |
Está
comprobado científicamente que el hombre
es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Ya sea
por negligencia o por motu propio, el ser humano es la criatura idónea por
excelencia en repetir yerros y coyunturas perjudiciales para su existencia. Un ejemplo elocuente de este silogismo,
o algo parecido, es la expulsión que
sufrió Maxi Velázquez en la visita de Lanús a Atlético de Rafaela. Que un
jugador vea la tarjeta roja por acumular dos tarjetas amarillas no es algo
inédito o sacado de un cuento de hadas, pero el trance es diferente si ese
mismo sujeto justo regresaba a su faena
luego de haber sido penado por una falta semejante. Y es más reprensible
aún si en su bagaje hay una considerable cantidad de partidos disputados en
Primera.
“Estoy caliente conmigo mismo. La
verdad es que lo que me pasó ayer no lo digerí todavía. Estoy pasando un mal
día. Pero es una cagada mía (sic) y me tengo que hacer cargo”, reconoció Maxi en diálogo con Grana Deportivo (Am 1140 – Radio
Independencia). A la espera de la
sanción que le dará el Tribunal de Disciplina de AFA, organismo que
tranquilamente podría considerarlo reincidente por su reciente expulsión ante
All Boys, el defensor entrerriano
aseguró que no le sorprendería que este episodio le costase su lugar en la
alineación titular. “Ahora me la
tengo que comer (sic). Me va a costar mucho y por ahí pierdo el puesto. Pero
bueno, yo voy a seguir metiendo y apoyando a mis compañeros”, agregó, con
semblante apenado, el dueño de la camiseta 25.
Sabe
Velázquez que su relación con el
simpatizante granate ya no es la misma
de los años anteriores. De hecho, su conflictiva salida a Independiente y
el festejo deliberado del gol que le convirtió al Lanús de Gabriel Schurrer
marcaron un antes y un después en ese vínculo estrecho que había forjado a base
de buenas actuaciones y de la consagración en el Apertura 2007. Pero él mantiene la esperanza y el
entusiasmo de revertir esta situación: “Nunca
me voy a entregar. Yo siempre la peleé, en todo momento… Esta es una piedra más
en el camino y la voy a tener que saltar”. Que así sea, Maxi. Y que no se
repita; por tu bien y, sobre todo, por el bien del club. Y acordate que, como
decía Cicerón, de humanos es errar y de
necios es perseverar en el error.
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