lunes, 22 de octubre de 2012

El mea culpa de Maxi

El arrepentido. Velázquez se mostró apenado por su expulsión ante Atlético de Rafaela.

Está comprobado científicamente que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Ya sea por negligencia o por motu propio, el ser humano es la criatura idónea por excelencia en repetir yerros y coyunturas perjudiciales para su existencia. Un ejemplo elocuente de este silogismo, o algo parecido, es la expulsión que sufrió Maxi Velázquez en la visita de Lanús a Atlético de Rafaela. Que un jugador vea la tarjeta roja por acumular dos tarjetas amarillas no es algo inédito o sacado de un cuento de hadas, pero el trance es diferente si ese mismo sujeto justo regresaba a su faena luego de haber sido penado por una falta semejante. Y es más reprensible aún si en su bagaje hay una considerable cantidad de partidos disputados en Primera.

“Estoy caliente conmigo mismo. La verdad es que lo que me pasó ayer no lo digerí todavía. Estoy pasando un mal día. Pero es una cagada mía (sic) y me tengo que hacer cargo”, reconoció Maxi en diálogo con Grana Deportivo (Am 1140 – Radio Independencia). A la espera de la sanción que le dará el Tribunal de Disciplina de AFA, organismo que tranquilamente podría considerarlo reincidente por su reciente expulsión ante All Boys, el defensor entrerriano aseguró que no le sorprendería que este episodio le costase su lugar en la alineación titular. “Ahora me la tengo que comer (sic). Me va a costar mucho y por ahí pierdo el puesto. Pero bueno, yo voy a seguir metiendo y apoyando a mis compañeros”, agregó, con semblante apenado, el dueño de la camiseta 25.

Sabe Velázquez que su relación con el simpatizante granate ya no es la misma de los años anteriores. De hecho, su conflictiva salida a Independiente y el festejo deliberado del gol que le convirtió al Lanús de Gabriel Schurrer marcaron un antes y un después en ese vínculo estrecho que había forjado a base de buenas actuaciones y de la consagración en el Apertura 2007. Pero él mantiene la esperanza y el entusiasmo de revertir esta situación: “Nunca me voy a entregar. Yo siempre la peleé, en todo momento… Esta es una piedra más en el camino y la voy a tener que saltar”. Que así sea, Maxi. Y que no se repita; por tu bien y, sobre todo, por el bien del club. Y acordate que, como decía Cicerón, de humanos es errar y de necios es perseverar en el error.

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