Romero: “Soy de tener los pies sobre la tierra”

Que así sea. Guillermo Barros Schelotto quiere que sus jugadores mantengan el perfil bajo.

Si todo marcha bien en Lanús es porque se cumple al pie de la letra lo que exige Guillermo Barros Schelotto. Si pide que se juegue con la pelota al ras del piso y se busque al compañero de camiseta del mismo color, así será. Y si considera que no hay que vincularse con el término candidatos, también se hará de esa manera. Son las dos premisas que pregona un equipo que tuvo un inicio soñado en el Torneo Final: dos victorias, siete goles a favor y cero en contra.

Hay una de estas ideas que se ganó la preferencia del mellizo: la del perfil bajo. Silvio Romero, uno de los puntos altos de Lanús, da cuenta de ello. “Es un buen arranque, casi perfecto, pero hay que mantenerse tranquilos ya que así peleamos el último torneo. No hay que apartarse de ese camino”, dice, en diálogo con Clarín, el delantero que abrió el partido ante Newell’s. Y continúa: “Sabemos que vamos a estar arriba por lo que venimos haciendo y por lo que hemos demostrado en el semestre pasado”.

-¿Son los que mejor comenzaron?

-River está derecho. Vélez y Newell’s perdieron, pero son para tener en cuenta. Hay cinco equipos que juegan bien y que seguramente estarán en la pelea. Uno es Racing. Después hay que ver cómo les va a los que juegan la Libertadores.

-¿Cuál es la impronta del equipo?

-Jugar por abajo y dársela siempre a un compañero. Lo que nos pide el técnico es que presionemos y colaboremos para recuperar la pelota rápidamente, así agarramos mal parado al rival.

-¿Es difícil jugar con la presión de mantener la punta?

-Yo quiero estar siempre en lo más alto, pero no será fácil porque en el fútbol argentino ganás tres partidos, empatás otro y te prendés.

Desde que Romero arribó a mediados de 2010 a Lanús, estuvo dos veces cerca de alcanzar el título: en el Clausura 2011, con Gabriel Schurrer, y en el reciente Inicial. “Ojalá la tercera sea la vencida. Soñamos con eso. Soy creyente, pero es pronto para prometer algo. Soy de tener los pies sobre la tierra”, asegura el Chino, discípulo ejemplar de la escuela de Guillermo.