domingo, 24 de marzo de 2013

Marchesín, con estilo propio

Sonríe. Marchesín entró en la historia de Lanús por haber mantenido 546 minutos su valla invicta.

Esas calles casi desiertas de San Cayetano -un pueblo de 6 mil habitantes del Sur de la Provincia de Buenos Aires pegado a Tres Arroyos- donde alimentó su sueño de ser un gran goleador como Gabriel Batistuta o Martín Palermo, hoy son testigos de su afianzamiento como uno de los arqueros más destacados del fútbol argentino. Agustín Marchesín aprovecha el poco tiempo libre que tiene para visitar a su familia en su pueblo natal y para recordar esas tardes eternas en las que todavía no impedía las alegrías ajenas.

“Empecé a jugar a los 9 años en una escuela de fútbol de acá y hasta los 13 era nueve. Me gustaba hacer goles y festejarlos con mis compañeros. Pero, con el tiempo, me di cuenta de que no servía para eso porque era bastante tronco. Me fui retrasando hasta que terminé en el arco”, le contó a Clarín el uno de Lanús. Y continuó: “Cuando uno es arquero, la alegría por tapar una pelota o atajar un penal es más personal”.

Con esos 546 minutos que mantuvo su valla invicta, Marchesín entró en la historia del club por haber sido el arquero que más tiempo esperó para ir a buscar la pelota adentro de su arco. “No hay ningún secreto; lo que hay es un buen trabajo de equipo. Trato de mantener el perfil bajo y los pies sobre la tierra. No copio a ningún colega porque me gusta tener un estilo propio”, aseguró. Y sobre la evolución que tuvo desde que debutó en el Clausura 2009, reconoció: “Ahora tengo más personalidad y me siento más líder del grupo. Antes me hacían un gol y me fastidiaba o me bajoneaba, ahora estoy más maduro porque sé que en el fútbol hay revancha en cada jugada. Esto es una ruleta: hoy estás arriba y mañana, no sabés”.

Por el notable nivel que exhibió en estos últimos campeonatos, clubes importantes de Europa, como la Roma, posaron sus ojos en el guardameta del cuadro del Sur. No obstante, Marche (así lo llaman en el plantel) trata de no desviar su atención del Torneo Final. “Intento disfrutar cada día y no ir más allá. Sé que será difícil quedarme porque el club querrá venderme. Si fuera por mí, me quedaría a vivir en Lanús. Pero sería hermoso irme por la puerta grande: con un título”, manifestó.

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