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Al servicio de la comunidad. Aunque fue a puertas cerradas, hubo un fuerte operativo policial. |
Como
medida preventiva de la APreViDe para impedir potenciales
enfrentamientos entre las dos facciones de la barra brava de Tigre,
el partido contra All Boys se jugó a puertas cerradas. Fue por eso
que el Monumental de Victoria lució vacío, a excepción del palco
de prensa, sector en el que se escabulló más de un hincha camuflado
de periodista partidario. Si bien no se entonaron canciones, hubo
aplausos cuando ambos equipos salieron al campo de juego, elogios
para los jugadores y hasta algún que otro insulto dirigido al
árbitro Silvio Trucco.
Los
casi 400 policías que fueron parte del operativo estuvieron
distribuidos en todas las áreas del estadio y en las adyacencias del
mismo. En la platea oficial se ubicaron los dirigentes y los
allegados de ambos planteles (eran alrededor de 50) divididos por un
pequeño cordón policial. Ahí también se gritaron los goles y se
recriminaron los fallos arbitrales.
Cuando
el encuentro recién había comenzado ocurrió un episodio singular:
un hombre mayor ingresó en la tribuna visitante con un chico y fue
sacado por la policía. La pregunta ahora es: ¿Cómo hizo para
eludir los controles y el vallado perimetral?
El
motivo que llevó a que se tomara esta determinación fue el choque
entre los barras de Tigre que terminó con la muerte de Adrián
Velázquez, de 40 años, producto de una herida de bala en la arteria
femoral que le había provocado una hemorragia. Tigre
visitará el domingo a San Lorenzo y sus hinchas se preguntan si
podrán concurrir al Nuevo Gasómetro.
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