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Puro afecto. Martín y Guillermo, sonrisas antes del encuentro entre Godoy Cruz y Lanús. |
Atrás
quedó esa inquebrantable y recordada sociedad que deslumbró a todo el mundo
deportivo con la camiseta de Boca. Esos dos íconos del fútbol argentino que se
cansaron de festejar goles y de dar vueltas olímpicas, se enfrentaron ayer por
primera vez en esta nueva labor que profesan. Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto volvieron a verse las caras
en veredas opuestas, como contrincantes, al igual que en esos clásicos
platenses de antología entre Estudiantes y Gimnasia. Esta vez, el encuentro lo vivieron desde el otro lado de la línea de
cal, pero con las mismas pulsaciones que cuando eran jugadores. Y fue el mellizo quien se alzó victorioso
con el ajustado triunfo de Lanús sobre Godoy Cruz, dos equipos que tratan de
manejar con prolijidad la pelota y exhibir ideas ambiciosas.
El
lazo que los une a ambos es tan fraternal que hasta dejaron a un costado las apuestas, más allá de que en la previa
Guillermo lo desafió públicamente al Titán
y le avisó que la cena que compartirían en Mendoza la tendría que pagar el
perdedor. “Eso queda de lado; más allá de
la relación que tenemos, él hincha por Godoy Cruz y yo, por Lanús. ¿Si tiene
que pagarla? En realidad, no habíamos jugado nada”, manifestó Barros Schelotto. Y con relación a los
valiosos tres puntos que consiguieron sus dirigidos para afirmarse en lo más
alto de la tabla, explicó: “Fue sufrido,
creo que no jugamos muy bien. Llegamos varias veces al arco contrario y tuvimos
oportunidades para convertir algún gol más”. A pesar de que su equipo es el
único que se mantiene invicto (ganó cinco y empató uno), el DT fue crítico con la producción futbolística,
pero resaltó la actitud. “Nos faltó
juego; la cancha no ayudó mucho, no sé si estaba embarrada o qué, pero no
estaba muy buena y no tuvimos el nivel de siempre. Lo que destaco es el
espíritu de jugar que tuvieron los jugadores”, señaló.
En
el otro vestuario, Palermo se deshizo en
elogios para el conjunto de su gran amigo. “Es un rival inteligente, ordenado y tranquilo. Mantiene lo que viene
haciendo en estos ocho meses de trabajo. Seguro será protagonista”, ponderó
el entrenador de Godoy Cruz. Y marcó las diferencias entre su equipo y el de
Guillermo: “Ellos saben lo que quieren y
cómo manejar estos desarrollos. Nosotros tenemos poco tiempo de trabajo, pero
seguiremos adelante”.
Después
de tantas tardes de ver a Palermo celebrar sus goles tras las asistencias de
Guillermo, esta vez el que festejó fue
el mellizo. Fue el primer duelo de un historial que promete ser extenso.
Chávez y una salida por precaución
Chávez y una salida por precaución
Iban
37 minutos del primer tiempo cuando Cristian
Chávez tuvo que dejar el campo de juego con una elocuente mueca de dolor y de
fastidio. Pero, para su fortuna y para la alegría de Guillermo Barros
Schelotto, el volante salió por
precaución. El Pochi se entrenó
de manera diferenciada durante la semana y viajó hacia Mendoza con una molestia
en el muslo derecho. “No es un desgarro,
pero salió para prevenirlo”, avisó un integrante del cuerpo técnico de
Lanús luego del partido. No gana para sustos el mellizo, quien todavía no
pudo repetir el equipo a causa de las lesiones. Carlos Araujo fue el primero en bajarse por un desgarro en el sóleo
de la pierna derecha. El lateral sigue recuperándose y jugaría el jueves ante
UAI Urquiza, por la
Copa Argentina , para empezar a sumar minutos. El otro que
está averiado es Oswaldo Vizcarrondo.
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