Braghieri se
refirió a la jugada previa al segundo gol de Kashiwa Reysol en la que le
cobraron en contra un penal polémico. “Un central no se tiene que tirar en el
área a los pies”, consideró el zaguero. Y sobre la decisión del árbitro, opinó:
“Son seres humanos y se equivocan como nosotros”.
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En deuda. El defensor ex Central y Arsenal todavía no se destacó desde que regresó a Lanús. |
Las
imágenes -totalmente desafortunadas- todavía le dan vueltas por la cabeza. Lo
torturan. Seguramente habrá soñado en estos últimos días con esos segundos
terribles que tuvo previo al segundo gol de Kashiwa Reysol en la Suruga Bank que perdió
Lanús en Japón. Diego Braghieri aún recuerda ese momento en el que
le salió todo mal: primero le pifió a la pelota cuando trató de cortar
un pase largo no muy preciso; después se arrojó para bloquear el tiro de Kudo y
el árbitro coreano Kim Jong-Hyeok sancionó la pena máxima, aunque no hubo contacto.
Todo esto, claro, a tres minutos para que finalizara el partido y cuando
parecía que el equipo de Guillermo Barros Schelotto estaba mejor perfilado
anímicamente para quedarse con el trofeo.
Ya
de regreso en el Sur del Gran Buenos Aires, el propio defensor se
refirió a la jugada y fue autocrítico con su rendimiento. “Me quedó bronca
por la situación del penal porque un central no se tiene que tirar en el área a
los pies. Yo traté de tirarme para sacarle la pelota limpia al delantero, pero
también fallé en el inicio de la acción”, reflexionó el futbolista de 27 años,
visiblemente arrepentido por esa maniobra del juego que protagonizó y que
fue clave en el desarrollo. Y sobre los penales en contra que le cobraron a
Lanús tanto en Japón como en Belo Horizonte ante Atlético Mineiro, opinó:
“Queda la espina de los fallos arbitrales, que te joden (sic) bastante. Pero ya
está, ellos son seres humanos y se equivocan como nosotros”.
Si
bien los jugadores están mentalizados en lo que será el debut en el Torneo de
Transición ante Belgrano, el miércoles a las 18 en La Fortaleza , la
desazón por este presente impensado no desaparece. “Todavía queda
el malestar, la bronca y el sabor amargo por una derrota que -para mí- fue
injusta y con un penal que no fue. La idea era ganar las dos finales, pero no
pudimos y nos quedó la espina clavada”, reconoció el zaguero nacido en Las
Parejas. Y agregó: “Ya está, se perdió y ahora hay que pensar en lo que viene
porque hay cosas lindas por ganar. Trataremos de salir adelante en el campeonato
local”.
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