En su segunda
presentación desde que regresó a Lanús, Silvio Romero fue gravitante en ataque
y anotó el gol de la victoria sobre Belgrano. “Se me dio, pero lo importante
era que ganáramos”, dijo el Chino. Y añadió: “No se vio la mejor versión del
equipo, pero nos repusimos de golpes duros”.
A cobrar... Romero ya sacó el derechazo cruzado ante el intento desesperado de Olave. 1-0. |
Y
una fría noche de agosto, Silvio Romero volvió a ser clave para que Lanús se
quedara con los tres puntos. Ahora sí que regresó con todo. Todavía
está lejos de su versión ideal, ésa que le brindó la oportunidad -efímera- de
mostrar sus condiciones en el fútbol europeo. Pero, al menos, fue
decisivo para que el equipo de Guillermo Barros Schelotto empezara con
el pie derecho el Torneo de Transición luego de un semestre que venía torcido.
Tras la imagen deslucida que dejó en Japón, donde el Granate perdió la Suruga Bank ante el
modesto Kashiwa Reysol, el Chino marcó el tanto de la victoria frente
al siempre complicado Belgrano.
Los
hinchas todavía se estaban acomodando en sus respectivos lugares cuando Romero infló
la red defendida por Juan Carlos Olave con un derechazo cruzado. “Estoy
feliz porque se me dio, pero lo importante era que ganáramos. Además,
mantuvimos la valla invicta más allá de que no nos generaron muchas situaciones
en un partido que fue chato”, analizó el delantero de 26 años, de reciente paso
a préstamo por el Stade Rennais de Francia. Y agregó: “El gol fue especial por
mi pasado en Instituto, pero sobre todo porque sirvió para tener un buen
comienzo de campeonato”.
No
es ingenuo Romero, para nada. Sabe que este triunfo no tapará el mal
inicio de la temporada con las dos finales perdidas al hilo. Pero supone
que sí servirá para marcar el camino hacia la recuperación. “Por ahí no se vio
la mejor versión de Lanús, pero bueno… contra un rival que no propone mucho,
arrancar con el pie derecho es bueno. Veníamos de sufrir golpes duros, pero nos
repusimos”, consideró el cordobés. Y se refirió con mesura a los cantos
despectivos que la barra brava les dedicó antes, durante y después del
encuentro: “La gran mayoría de la gente nos recibió bien y nos apoyó. Eso
nos deja tranquilos. Si sólo ocho o diez personas no alientan, me pongo
contento”.
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