miércoles, 13 de agosto de 2014

Volvió el Chino

En su segunda presentación desde que regresó a Lanús, Silvio Romero fue gravitante en ataque y anotó el gol de la victoria sobre Belgrano. “Se me dio, pero lo importante era que ganáramos”, dijo el Chino. Y añadió: “No se vio la mejor versión del equipo, pero nos repusimos de golpes duros”.

A cobrar... Romero ya sacó el derechazo cruzado ante el intento desesperado de Olave. 1-0.

Y una fría noche de agosto, Silvio Romero volvió a ser clave para que Lanús se quedara con los tres puntos. Ahora sí que regresó con todo. Todavía está lejos de su versión ideal, ésa que le brindó la oportunidad -efímera- de mostrar sus condiciones en el fútbol europeo. Pero, al menos, fue decisivo para que el equipo de Guillermo Barros Schelotto empezara con el pie derecho el Torneo de Transición luego de un semestre que venía torcido. Tras la imagen deslucida que dejó en Japón, donde el Granate perdió la Suruga Bank ante el modesto Kashiwa Reysol, el Chino marcó el tanto de la victoria frente al siempre complicado Belgrano.

Los hinchas todavía se estaban acomodando en sus respectivos lugares cuando Romero infló la red defendida por Juan Carlos Olave con un derechazo cruzado. “Estoy feliz porque se me dio, pero lo importante era que ganáramos. Además, mantuvimos la valla invicta más allá de que no nos generaron muchas situaciones en un partido que fue chato”, analizó el delantero de 26 años, de reciente paso a préstamo por el Stade Rennais de Francia. Y agregó: “El gol fue especial por mi pasado en Instituto, pero sobre todo porque sirvió para tener un buen comienzo de campeonato”.

No es ingenuo Romero, para nada. Sabe que este triunfo no tapará el mal inicio de la temporada con las dos finales perdidas al hilo. Pero supone que sí servirá para marcar el camino hacia la recuperación. “Por ahí no se vio la mejor versión de Lanús, pero bueno… contra un rival que no propone mucho, arrancar con el pie derecho es bueno. Veníamos de sufrir golpes duros, pero nos repusimos”, consideró el cordobés. Y se refirió con mesura a los cantos despectivos que la barra brava les dedicó antes, durante y después del encuentro: “La gran mayoría de la gente nos recibió bien y nos apoyó. Eso nos deja tranquilos. Si sólo ocho o diez personas no alientan, me pongo contento”.

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