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El Chino gol. Romero ya venció las manos de Cambiasso con un derechazo y sale a festejarlo. |
Tanto
apostó Guillermo Barros Schelotto a la figura de Silvio
Romero que algún día iba a tener su recompensa. Y aunque el
delantero le había retribuido esa confianza con goles y con buenos
rendimientos en este Torneo Final, el premio mayor llegó en la fría
noche del sábado. Es que los nervios de una casi derrota contra
All Boys se transformaron en la algarabía de ese tanto que marcó
en los últimos segundos del partido, con una maniobra individual
similar a las que proyectaba el Mellizo en sus tiempos de siete
bravo.
“Hice
el gol que cualquier jugador soñaría. Fue muy lindo, pero me quedo
con que fue importante para seguir en lo más alto de la tabla”,
admitió, con semblante entusiasmado, el Chino. Y explicó la
jugada: “No sabía que iban 46 minutos... Vi el arco y sabía
que iba a patear contra ese palo. Tuve varias situaciones para
anotar, sobre todo en el primer tiempo, pero me salió la más
difícil, ja”.
Desde
que Guillermo asumió, el cordobés se reencontró con su mejor
versión. Y la influencia del entrenador, gran conocedor de la
posición en la que juega Romero, fue clave para que este volviera
a ser ese wing derecho que se destacó en sus inicios en Instituto.
“Siempre me da consejos sobre cómo tengo que terminar las
jugadas. En el vestuario me felicitó y se puso muy contento”,
le reconoció Silvio a Clarín. Y agregó: “Mis
compañeros me dijeron que hice un gol a lo Guillermo”. La
alegría de Romero es la satisfacción del Mellizo, que se la
jugó con la continuidad del punta cuando su nivel había disminuido
y era el blanco de las críticas. La apuesta, claro, le salió
redonda.
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