domingo, 21 de abril de 2013

Para vos, Bilardo

Lanús desafió al máximo exponente del exitismo y entró en la historia con un inolvidable segundo puesto en la VI edición de la Liga de las Américas. Gran trabajo de Silvio Santander y de sus jugadores, que se preparan para la histórica semifinal contra Peñarol. 

Satisfacción plena. Laprovíttola recibe el trofeo del segundo puesto en la Liga de las Américas.

Del segundo no se acuerda nadie”, dijo alguna vez Carlos Salvador Bilardo cuando dirigía a la Selección Argentina. Pero el Doctor, una vez más, estaba equivocado. Muy equivocado. Su regla, se supone, excede los límites del fútbol y abarca a todos los deportes. Y el desacierto del reconocido entrenador de la pelota de cuero radica en una excepción que atenta contra su máxima: Lanús ingresó en la historia del basquet nacional luego de consagrarse subcampeón de la Liga de las Américas. Sí, se consagró. Y no por haber salido primero sino por haber sido el segundo mejor cuadro del continente. Encima, alcanzó semejante objetivo en lo que significó su debut en el certamen internacional más prestigioso a nivel de clubes de la región.

Su recorrido por América comenzó en la Primera Fase, que constó de tres cuadrangulares: el elenco conducido por Silvio Santander consiguió el Grupo A, disputado en Guadalajara (México), tras ganar en dos de sus tres presentaciones. Derrotó 86-74 a Pinheiros de Brasil y se impuso con mucha categoría sobre Estrellas Orientales de Venezuela por 107-75. Su única caída fue frente a Osos de Jalisco, por 84-78. En la semifinal se jugaron otros dos cuadrangulares: el D y el E. El primero de ellos tuvo sede en el Microestadio Antonio Rotili y se lo adjudicó el dueño de casa con tres éxitos contundentes: 86-76 sobre Mavort (Venezuela), 87-72 ante Pinheiros y 83-69 contra el duro Flamengo.


Con esa marca casi perfecta de cinco partidos ganados en seis enfrentamientos, el club del Sur del Gran Buenos Aires accedió al Final Four que tuvo lugar en Puerto Rico. Desde el vamos, clasificarse a esta fase de la competencia fue un hito para la institución. Y no estuvo muy lejos de alzarse con el anhelado trofeo, ya que en el primer chico mostró sus credenciales con una apabullante producción frente a Uniceub de Brasil, al que aplastó por 77-49. Lo paradójico fue que el conjunto de Santander cayó sin atenuantes en el encuentro ante Pinheiros, al que le había ganado en los dos compromisos anteriores. Ya en la jornada final, Lanús saltó al campo de juego sin posibilidades de alcanzar el trono. Sin embargo, se despidió del torneo con un triunfo categórico sobre el local Capitanes de Arecibo.


De esa manera, el Granate finalizó la Liga de las Américas con la mejor marca de la competencia, ya que consiguió siete victorias y dos derrotas, contra los seis triunfos de Pinheiros (y sus tres caídas). Su segundo puesto a nivel continental se valora tanto como una eventual consagración. Lo positivo para Santander y sus guerreros es que tendrán revancha en las próximas horas, en la semifinal de la Liga Nacional ante Peñarol de Mar del Plata. Será una nueva oportunidad para seguir demostrando que la verdadera historia se escribe con pluma de tinta eterna sobre las páginas y no con los trofeos que amontonan polvo en las vitrinas. Si al fin y al cabo la clave del éxito está en el proyecto y no en los resultados. ¿O no, Doctor?

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