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Colosales. Fueron las definiciones de Silva, quien aquí celebra la que puso contra un rincón, abajo. |
El
mensaje es para Newell’s, San Lorenzo, Boca y todo aquel cuya pretensión sea
interponerse en su camino. ¡Abran paso que ahí viene Lanús! Y se aproxima a
toda velocidad... El equipo de Guillermo Barros Schelotto le sumó un
capítulo épico a su relato de ensueño, ese que escribe de a poco entre el
Torneo Inicial y la
Copa Sudamericana. Con una gran remontada en menos de 45
minutos, el club del Sur del Gran Buenos Aires derrotó a All Boys como
visitante y se metió de lleno en la pelea por el campeonato.
Hay
situaciones que a un plantel le sirven para saber si está o no a la altura de
los objetivos importantes que se traza. Por ejemplo, encadenar una serie de
cuatro o cinco victorias consecutivas, golear a un candidato y salir a flote
cuando parece que la mano viene torcida. Lanús pasó por cada una de esas
etapas: bajó a San Lorenzo y Arsenal, lleva cinco triunfos
al hilo y concedió una muestra de carácter al dar vuelta un 2-0 con dos tantos
de Santiago Silva y uno de Lautaro Acosta. Una hazaña que lo convierte en un
serio aspirante.
La
tarde había comenzado mal para el elenco granate. En la primera
llegada a fondo de Agustín Torassa por la derecha, Paolo Goltz lo derribó y
Mauro Vigliano sancionó penal. Con esa serenidad que lo caracteriza, Mauro
Matos puso la pelota contra el palo derecho de Agustín Marchesín. Así, All Boys
se acomodó aún más a su libreto ordenado y el equipo del Mellizo se
desesperó. Esas posturas se acentuaron cuando el goleador estampó con su cabeza
un tiro libre desde la derecha para estirar la diferencia y poner el 2 a 0.
La
primera parte se consumió entre la disciplina táctica de uno y el
nerviosismo de otro. El local esperó con sus dos líneas de cuatro bien
juntas y se preocupó más por quedarse con las segundas jugadas que por
presionar la salida limpia de los defensores contrarios. Matos también fue
importante para despejar los innumerables centros que llegaron desde todos los
sectores del campo de juego al área de Nicolás Cambiasso.
El
curso de la historia tuvo un giro radical en el complemento. La clave estuvo en
el cambio que metió Guillermo: adentro Jorge Ortiz y afuera Balbi para
improvisar a Nicolás Pasquini como lateral izquierdo. Ya desde la postura
en la cancha se vio otra versión.
Luego
de dos avances consecutivos que terminaron con la pelota en el palo del arco de
Cambiasso, Silva encontró un centro atrás que le envió Pasquini y descontó con
un derechazo inatajable. El ingreso del Marciano Ortiz
fue fundamental porque le dio al equipo la tranquilidad que no tuvo en
ningún pasaje del primer tiempo.
Fue
precisamente el experimentado volante central el que ideó la jugada que culminó
con una gran maniobra individual de Silva y el empate: el Tanque trabó
en la puerta del área y le pegó con la cara interna de su botín derecho para
encaminar la epopeya. Y a los pocos minutos, Lautaro Acosta, quien
había ingresado antes de la igualdad, empujó a la red un balón que le bajó
Carlos Izquierdoz.
De
esta manera, Lanús pasó de estar afuera de la pelea del Torneo Inicial
a ser un gran candidato en menos de 45 minutos. Mientras se prepara para
visitar a Libertad por la semifinal de la Sudamericana , ahora
sabe que la presión la tendrán Newell’s y Boca, a los que tendrá que enfrentar
en las últimas dos fechas del campeonato.
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