domingo, 3 de noviembre de 2013

Argentinos se animó y armó un festival de goles

El primero. Boyero grita con todo su golazo de cabeza, el que abrió el camino ante Olimpo.

En ese barrio tan tradicional de La Paternal donde se respira fútbol al ritmo de la murga y la batucada, Argentinos armó un carnaval que nunca olvidará. Con una actuación más compatible con sus años dorados que con la versión pragmática que pregona Ricardo Caruso Lombardi, aplastó por 4 a 0 a un Olimpo desconocido. Fue una tarde casi perfecta, quizá su mejor actuación en el Torneo Inicial: le ganó con contundencia a un rival directo en la interminable lucha de los promedios, convirtieron sus delanteros y redondeó un nivel que rozó la brillantez. Algo para el archivo.

Un cuarto de hora le bastó a Argentinos para encaminar su regreso a la senda victoriosa. Fueron 15 minutos de furia roja. La diferencia estuvo en que el equipo de Caruso supo lo que se jugaba. Y salió decidido a avasallar a un oponente que entró al campo de juego dormido. Además del cambio de actitud, hubo una modificación en el libreto que habitualmente respeta. Tal vez por la postura displicente del conjunto de Walter Perazzo, el local priorizó el buen trato de la pelota y buscó triangulaciones en cada sector de la cancha. La sociedad que más rédito le dio fue la que armaron Lucas Rodríguez, Rodrigo Gómez y Daniel Villalva por la banda izquierda.

A través de esa vía llegó el gol de Hernán Boyero en la primera aproximación a fondo. “Droopy” Gómez lanzó un centro con la derecha y el centrodelantero aprovechó su altura para anticipar de cabeza la salida en falso de Champagne. Unos minutos después, el Keko Villalva corrió una pelota que parecía perdida ante la pasividad de Sarulyte -y la lentitud del arquero- y la impactó con la cabeza para poner el 2 a 0. A partir de ese momento, Argentinos fue un vendaval.

Lo de Olimpo fue muy flojo en todas las líneas. De ese equipo que apabulló a Boca en Bahía Blanca y que venció a Vélez en Liniers no quedó nada. El único que sobresalió por su despliegue fue el volante central Leonardo Gil.

En el elenco de Caruso, Villalva tuvo una actuación consagratoria, de las mejores que se le recuerden. Y el resto no desentonó. Para su suerte, Argentinos se dio cuenta de que jugar a la pelota es más productivo que preocuparse por destruir el circuito de juego ajeno.

Así como el local protagonizó un arranque de primer tiempo abrumador, Olimpo tuvo un inicio de complemento a pura impotencia. Primero, fue expulsado Jonatan Blanco por pegarle a Serrano en el piso. Y luego, Damián Musto vio la roja por darle un codazo a Gómez. Con dos hombres de más, el Bicho se adelantó y fue con todo a aumentar el resultado.

Luego de una gran jugada colectiva a un toque entre Rodríguez y Villalva, Ramírez pasó entre tres rivales y “le rompió” el arco a Champagne. Fue un golazo por la elaboración y la definición. Tras la expulsión de Fernando Meza por doble amonestación, Enrique Triverio selló la goleada con un derechazo inatajable.

Ya con el triunfo asegurado, Argentinos hizo pasar el tiempo y que el balón rodara ante la mirada insuficiente de los jugadores de Olimpo. Ellos, a su manera, también fueron partícipes del festival de fútbol de Argentinos.

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