domingo, 1 de diciembre de 2013

Con una defensa así no puede aspirar al título

Una Cosaro increíble. El lateral de Tigre convirtió dos goles y fue clave para la victoria.

Es inadmisible que un equipo que tiene la aspiración de pelear el campeonato tenga las falencias defensivas que Atlético de Rafaela mostró ayer en Victoria. Es imperdonable... Porque si todo lo bueno que elabora en ataque lo despilfarra en la última línea, ganar resulta un verbo muy complicado. Así, su ilusión de llegar a la última fecha del Torneo Inicial con posibilidades matemáticas de quedarse con el título se desvaneció luego de la dura derrota frente a Tigre. A tachar un candidato...

La postura con la que el local salió al campo de juego también incidió en el desarrollo. Con Matías Pérez García suelto por donde se le antojara, Tigre se adueñó rápidamente de la pelota y de los tiempos. Sin embargo, la primera emoción de la calurosa tarde llegó a través de un tiro de esquina. El volante movió rápido con Sebastián Rusculleda y envió el centro para la llegada solitaria de Guillermo Cosaro, quien la impactó de cabeza ante la mirada displicente de los marcadores rivales. Cabeceó el lateral izquierdo, pero también había otros tres compañeros sin marca en ese sector.

El golpe dejó atontado al conjunto de Jorge Burruchaga. En realidad, nunca hizo pie en esos primeros minutos. De no ser por el egoísmo de Sergio Araujo, Tigre lo habría liquidado en media hora. Pero su momento en el partido pasó y Rafaela se animó a agarrar la pelota. En lo que fue la mejor jugada colectiva de la primera mitad, Lucas Albertengo dejó a Diego Vera cara a cara con Javier García para decretar el empate. Pero el delantero uruguayo definió con el tobillo ante el buen achique del arquero. La resolución fue espantosa.

El primer tiempo llegó a su término con la sensación de que la diferencia a favor del local era justa, pero exigua. El equipo dirigido por Fabián Alegre no le sacó jugo a la falencia que mostraron los jugadores contrarios para marcar en las pelotas paradas. Muchas facilidades que no supieron explotar.

Se la jugó Burruchaga en el arranque del complemento: el entrenador mandó a la cancha a César Mansanelli y a Rodrigo Depetris para retrasar a Juan Eluchans al lateral izquierdo. Y la apuesta le salió bárbaro: al minuto, Mansanelli remató de media distancia, García dio un rebote largo y Depetris le rompió el arco. Inmerecida igualdad, pero crecía la ilusión.

Parecía que el elenco santafesino había encontrado el camino, pero fue un espejismo. Tigre, con los ingresos de Pablo Vitti y de Lucas Wilchez, fue con su orgullo herido a recuperar lo que había perdido. Y lo halló a través de la vía que más resultado le dio en la tarde: centro de Pérez García y frentazo de Cosaro. Se repitió la fórmula ante la apatía de los defensores visitantes.

Luego del gol, Rafaela se desesperó al ver que se le escapaba la última posibilidad de seguir con chances de pelear el campeonato. Fue a buscar la hazaña con mucha gente y se expuso atrás. Pablo Vitti aprovechó los espacios para escurrirse entre sus marcadores y estampar el resultado final con un derechazo. A esa altura, la amplitud era más que merecida.

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