jueves, 24 de julio de 2014

Ángeles y Demonios

Lautaro Acosta y Víctor Ayala soñarán de por vida con la derrota de Lanús ante Atlético Mineiro, que se quedó con la Recopa luego de un partido para el infarto. El Laucha hizo un gol agónico y jugó bárbaro, pero vio la roja y se desencajó. En tanto que el paraguayo, al que le cobraron un penal polémico, convirtió en los dos arcos, pero uno en el de Agustín Marchesín.

Agónico. Acosta convirtió sobre la hora y mandó el partido al alargue. Después se iría expulsado.

Tuvieron una noche que jamás olvidarán. O, por qué no, que recordarán por el resto de sus días. Da igual. Lautaro Acosta y Víctor Ayala, o viceversa, fueron héroes y villanos en la caída de Lanús frente a Atlético Mineiro, por la vuelta de la final de la Recopa Sudamericana. Ambos fueron importantes para que el Granate silenciara el mítico e imponente Estadio Mineirao luego de un partido cambiante y explosivo. Pero los dos, también, y de distintas maneras, protagonizaron los peores desenlaces de la jornada en Belo Horizonte. A repasar…

El encuentro para el volante paraguayo arrancó torcido, pero contra su propia voluntad. A los cinco minutos del primer tiempo, Roberto Silvera cobró un penal dudoso por una mano casual de Ayala. Si bien éste tenía el brazo izquierdo abierto, la pelota fue hacia la mano, y no al revés. Además, dio toda la sensación de que trató de quitarla para que no le diera. Pero el árbitro uruguayo interpretó todo lo contrario. Y Diego Tardelli no perdonó. Inmediatamente después, una bonita jugada colectiva concluyó con un pase hacia el medio de Diego González para la aparición a toda velocidad de Ayala, quien controló y le rompió el arco de derecha a Víctor.

Tuvo un partido bárbaro el Laucha. Gracias al esquema 4-4-2 que planteó Guillermo Barros Schelotto, el punta se movió por todo el frente de ataque y no dio nunca referencias de su posición. No estuvo estático y fue un dolor de cabeza para la defensa del Galo. Aunque no llegó a cabecear el centro de Maxi Velázquez que terminó de empujar Santiago Silva para el 2-1 parcial, Acosta apareció en la última situación de los 90’ reglamentarios, cuando nadie esperaba nada, ni siquiera el más optimista. Metió la plancha para hundir el balón en el fondo del arco y estampar la remontada heroica.

Hubo un momento clave en el primer tiempo suplementario que pudo haber cambiado el final de esta película: un tiro libre potente de Ayala de media distancia que se fue pegado al palo derecho de Víctor. Después, el tanto en contra de Gustavo Gómez fue un gancho al mentón de Lanús, que ya no volvió a ser el mismo. Para colmo, el propio Ayala, ya en una posición improvisada, se desentendió con Agustín Marchesín y convirtió uno de los goles en contra más insólitos del año.

Con el resultado sentenciado, el Laucha, al que se lo vio fastidioso con la terna uruguaya durante toda la noche, se excedió en la protesta y Silvera lo expulsó. Al ver la tarjeta roja en alto, el delantero de 26 años tironeó de la camiseta al juez y le hizo señas de “Uruguayos ladrones” al árbitro suplente. De hecho, tuvieron que intervenir el Mellizo y el preparador físico Javier Valdecantos para que no pasara a mayores.

Habrá que aguardar el informe del árbitro y la posterior sanción que le darán a Acosta para los compromisos internacionales que vendrán. Lo concreto es que tanto él como Ayala sufrieron una pesadilla que difícilmente olvidarán. Si Lanús hubiera logrado la hazaña en Brasil, habría sido en buena medida por ellos dos. Pero el destino quiso otro epílogo. Una pena. A pensar en una revancha rápida que quite esta espina clavada en el pecho.

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