En el primer
amistoso de la pretemporada, Diego Braghieri sobresalió con su solidez y su voz
de mando en la defensa. Junto con los dos goles de Junior Benítez, el marcador
central tuvo una actuación muy sólida que dejó tranquilo al mellizo Guillermo y
a todo el mundo granate. Un refuerzo de jerarquía.
De vuelta en el Sur. Braghieri regresó a Lanús por pedido de Guillermo. Es clave para la defensa. |
Una
preocupación extrema invadió el Sur del Gran Buenos Aires en el prólogo del
mercado de pases. Las partidas de Paolo Goltz y de Carlos Izquierdoz
sembraron incertidumbre en Lanús, no sólo porque eran dos referentes
importantísimos dentro del plantel sino también porque eran los pilares
inexpugnables de la defensa. Ambos constituían el sostén de un equipo
de vocación ofensiva cuya tranquilidad reposaba en esa muralla
protectora.
Esa
entendible inquietud que provocaron las salidas de los marcadores centrales
disminuyó significativamente con el regreso de Diego Braghieri. Si
la confirmación de la llegada del ex jugador de Rosario Central y de Arsenal
había traído cierto alivio, el desempeño que mostró esta mañana en el amistoso
frente a Gimnasia y Esgrima La
Plata lo consolidó como lo que muchos preveían: un
refuerzo de jerarquía y no una simple incorporación.
Amparado
en una línea de cuatro tradicional, Braghieri ocupó su posición de segundo
zaguero central. A su derecha estuvo Matías Martínez, con quien se acopló
bastante bien a pesar de no haber jugado nunca antes juntos. Además, se notó
que se conoce bien con Maxi Velázquez, con quien compartió la última línea en
algunos compromisos del Clausura 2012. Lo más sobresaliente que mostró el
santafesino de 27 años fue su timing y su potencia
para cruzar y cerrar cada vez que quedó de cara a un adversario del
Lobo platense. Se lo vio rápido en un terreno de juego inestable e infalible en
la vía aérea, tanto defensiva como ofensivamente. En el mano a mano ganó casi
siempre.
Más
allá de la solidez que exhibió en la lluviosa jornada de hoy, Braghieri se
destacó por aportar su voz de mando en todo momento. Junto con Santiago Silva,
fue uno de los que más posicionó a sus compañeros. A pesar de que
se entrenó sólo cinco días junto con el plantel de Guillermo Barros Schelotto,
el marcador central demostró que está a la altura de un equipo con pretensiones
importantes. No hay dudas de que, al menos con él, Lanús no incorporó sino que
se reforzó. Y de qué manera.
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