En la previa
del partido frente a Atlético Mineiro, aún perdura el recuerdo de la batalla
campal que se dio en la ida de la final de la Conmebol de 1997 ante el
mismo rival. Luego de una goleada 4-1 en contra en La Fortaleza , Oscar Ruggeri
trató de agredir a un adversario y eso desató una gresca entre los planteles. A
Emerson Leao, el entrenador del equipo brasileño, le rompieron la mandíbula.
De colección. Esta edición de un joven Diario Olé refleja lo que sucedió esa noche en el Sur. |
El
término papelón nunca tuvo tanto sentido como en aquella
triste noche del jueves 6 de noviembre de 1997. Lanús recibía en La Fortaleza a Atlético
Mineiro por la ida de la final de la Conmebol , esa misma copa que había alzado apenas
un año atrás de la mano de Héctor Cúper. Tenía que ser una fiesta, estaba
escrito, pero terminó en bochorno… en una batalla campal que, lejos de
generarse por los miles de granates que se acercaron al estadio, la
provocaron los propios protagonistas. Los años pasaron rápido y aunque la
herida cerró, el dolor y la vergüenza todavía perduran.
La
noche había arrancado muy favorable para el equipo dirigido por Oscar Garré, ya
que a los 18 minutos del primer tiempo ya ganaba gracias a un zurdazo de Ariel
Ibagaza desde afuera del área que se desvió en el camino. Sin embargo, Lanús
dio muchas ventajas en el arco y en la última línea, y Mineiro lo aprovechó. Bruno
lo igualó sobre el final de la primera parte con un tiro de media distancia que
se le escurrió a Pedro Rómoli, mientras que Juan José Serrizuela convirtió en
contra en el arranque del complemento. Hernani, con un disparo rasante, y
Valdir, con las rodillas, decretaron la goleada ante dos respuestas muy flojas
del arquero local.
Fue un
1-4 lapidario, que obligaba a Lanús a ir a la revancha de Belo Horizonte a
buscar una hazaña o un milagro. Pero esa vez, el Granate perdió en todo
sentido… Luego de que el árbitro uruguayo Gustavo Gallesio pitó el final, Oscar
Ruggeri, quien por ese entonces cerraba su exitosa carrera en el Sur del Gran
Buenos Aires, no soportó las gastadas de Jorginho y corrió para
golpearlo. No lo logró, pero sí Ariel López, quien se desquitó con el
rival. Y ahí se desató la barbarie luego de un encuentro que se había jugado
con mucha pierna fuerte. Fue una reacción en cadena que la Policía tardo mucho en
desactivar. Las imágenes recorrieron el mundo.
Jugadores,
auxiliares y cuerpos técnicos se cruzaron todos contra todos. Sin medir las
consecuencias, volaron trompadas y patadas. Los hinchas que se
ubicaban en la platea baja cercana al sector donde estaban los bancos de
suplentes comenzaron a tirar proyectiles. Emerson Leao, el DT de Atlético
Mineiro, recibió una trompada de un particular que se encontraba en el túnel.
Fue trasladado al Hospital Vecinal Narciso López a raíz de un golpe fuerte en
el maxilar izquierdo. Después se confirmó que había sufrido una triple fractura
de mandíbula. Finalmente, absolutamente todos (hasta los dirigentes) fueron
a la Comisaría
1ª de la ciudad para declarar.
Además
de la renuncia de Garré a su cargo de entrenador, Lanús perdió a varios de los
futbolistas implicados en la gresca para afrontar la vuelta en Brasil. La Confederación Sudamericana
de Fútbol sancionó severamente a Oscar Ruggeri, Ariel López, Gustavo
Siviero, Ariel Ibagaza, Gustavo Giustozzi y Juan José Serrizuela. Y
suspendió el estadio por 18 meses. El resto, no menos doloroso que ese golpe al
maxilar de Leao, es historia conocida.
ALINEACIONES
Lanús: Rómoli; Serrizuela, Ruggeri, Siviero, Mariano
Fernández; Fernández Di Alessio, Clotet, Cravero, Ibagaza; Enría y Ariel López. DT: Oscar
Garré.
Mineiro: Taffarel; Bruno, Blum, Da Cunha Barbosa, Dedé;
Doriva, Edgar, Jorginho, Hernani; Valdir y Batista de Abreu. DT: Emerson
Leao.
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